La Reme, de beata a choni, 5

La cosa se complica. Carolina, la hija de Reme y Gustavo vuelve a casa tras terminar el máster. Nos gustamos, salimos y decidimos casarnos

LA REME, DE BEATA A CHONI, 5

Las semanas siguientes transcurrieron, más o menos, en la misma tesitura. La Reme cada vez estaba más suelta y pendona, Gustavo había aprendido a hacer, no ya la vista gorda, si no lo siguiente y asistía impávido al despliegue de vestuario de furcia con que le deleitaba su entrañable esposa cada vez que salía de casa. Ni siquiera osaba preguntar cómo es que se vestía de esa forma cuando se supone que acudía a limpiar mi casa. Al menos el hombre tenía la prudencia de evitar...

La Reme, de beata a choni, 6

Recibo a mis padres en el aeropuerto. Mi madre está espectacular y, en recuerdo de los viejos tiempos, echamos un polvo esa noche.

LA REME, DE BEATA A CHONI, 6

(Nota: contiene Amor Filial)

Vi llegar a mis padres antes de que ellos me viesen a mí, y así pude recrearme en la imagen de la jamona de mi madre que vestía un ajustado traje chaqueta, algo juvenil para su edad, marcando sus formas. Hacía tiempo que no la veía, unos dos años, creo, y la encontré cambiada, pero seguía estando bien buena. Parece que las raciones de polla a las que la tenía acostumbrada mi antiguo amigo Paco la mantenían cada vez más juvenil. Sólo algun...

La Reme, de beata a choni, 7 (y último)

La boda y la conclusión de la historia, con su final feliz y todo (por así decirlo…)

LA REME, DE BEATA A CHONI, 7

De la boda en sí no hay gran cosa que contar. Afortunadamente, mis dos guarrillas dejaron aparte sus disputas por un rato. Mi madre, saciada de polla desde la noche anterior, estaba tranquila y orgullosa de saber que todavía podía ponerme la tranca como una piedra. Y la Reme se limitaba a contar las horas antes de que su consuegra desapareciese del escenario y ella volviese a ocupar el lugar primordial que por derecho creía que le pertenecía: el de mujer de la limpieza con...

La Reme, de beata a choni, 2

Continúan mis andanzas con la Reme. La convierto en mi amante oficial y, juntos, hacemos crecer la cornamenta de su marido

LA REME, DE BEATA A CHONI 2

Gustavo, al día siguiente, me preguntó si estaba contento con el trabajo de la Reme. Mi respuesta creo que le satisfizo plenamente:

-Gustavo, la Reme, es la mejor mujer de la limpieza que he tenido. Cuídala por mucho tiempo y procura que no falte a sus deberes. De momento ya sabes que tiene que venir cada día hasta que tenga la casa como los chorros del oro. –“ y mi polla también ”, pensé. – Después ya vendrá tres días por semana o algo así. ¿Te parece bien?

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La Reme, de beata a choni, 3

Celebramos el aumento de tetas de la Reme con un polvazo, a pesar de la inesperada interrupción del cornudo.

LA REME, DE BEATA A CHONI 3

El ascenso me obligó a hacer un curso con prácticas de tres meses en la sede central de la empresa. Después, volvería a la sucursal con el nuevo cargo en el bolsillo y un aumento de sueldo. Así que decidí hacerme un buen regalo para el retorno.

Como ya he dicho, una de las principales virtudes físicas de la Reme era su tetamen, pero, claro, la edad no perdona y el volumen mamario, unido a la fuerza de la gravedad, ensombrecía algo su figura cuando la tenía despelotada...

La Reme, de beata a choni, 4

La Reme acude con su esposo a la fiesta de Navidad de la sucursal y volvemos a disfrutar a escondidas del personal

LA REME, DE BEATA A CHONI 4

Después del tremendo recibimiento de la Reme y del genial estreno de sus enormes tetorras, volvimos a retomar lo nuestro por donde lo habíamos dejado. Pero con más ganas.

La Reme había llegado a ser la perfecta choni. Más o menos el tipo de guarra en el que aspiraba convertirla desde el primer día que la vi. Recordaba perfectamente el momento, allí en el descansillo de la escalera, flanqueada por el gilipollas de su esposo, luciendo ese cuerpo de jamona beata, embutid...

La Reme, de beata a choni, 1

Cambio de ciudad y de trabajo y le echo el ojo a Reme, una madura jamona que es la mujer de mi subordinado en la empresa.

LA REME, DE BEATA A CHONI 1

Me llamo Javi y esta es mi historia. Hace un par de años estuve pasando una época desastrosa. Me separé de mi mujer, en realidad me echó de casa por sospechas (fundadas) de que le ponía los cuernos. Tuve que volver a instalarme en casa de mis padres.

Con mi padre no tenía mala relación, pero con mi madre la cosa era distinta. Nunca nos habíamos llevado bien y los meses que pasé allí comenzaron con muy mal pie para ambos, aunque al final la situación se recondujo. No d...

La casta Cecilia (1) RECTIFICADO

Una madura sensual, atractiva, a la que un golpe de la vida, su moral y sus principios la llevaron a la castidad. Logrando reprimirse y controlar sus debilidades.

Disculpara el error de este relato ayer, no se como se produjo el fallo, borre el anterior y lo publico nuevamente sin errores. Gracias por vuestra comprensión.

Mi situación con Juan Carlos y su mujer sería la de buenos amigos y no rebasaría ninguna línea con su mujer. Por eso la mejor forma de quitármelos de la cabeza era enfrascándome en mi trabajo, mis estudios, pero sin descuidar como hasta ahora mi vida sexual, que mucho de lo que paso fue por eso, porque llevaba varios meses sin follar y eso aun...

CECILIA dejo de ser CASTA (2)

Una madura sensual, atractiva, a la que un golpe de la vida, su moral y sus principios la llevaron a la castidad. Logrando reprimirse y controlar sus debilidades, hasta el día que bajo un poco la guardia.

Como ya conté en mi relato anterior (LA CASTA CECILIA) acepte ir a la cena el sábado por la noche, con la intención de respetar los deseos de Cecilia y al terminar la cena, saldría escopetado de la casa con cualquier disculpa. Me había visto en situaciones parecidas muchas veces, pero esta era distinta, por lo de su marido, porque en verdad la veía a ella luchando por sus principios, por su moral, que aunque no los compartiéramos me hacía que la tuviese mucho respeto. Ese fin de semana nos quedaríamos solos...

Por fin con mi suegra 2

Después de nuestro primer encuentro sexual, no podíamos dejar de buscarnos, pero mi suegra tenia un regalo para mi que no deje de aprovechar.

Desde que tuvimos nuestro primer encuentro sexual, no paramos de buscarnos, en todos los sentidos. Con miradas, con sonrisas picaras, con comentarios un poco subidos de tono, cosa que hacían que mi mujer, su hija, se pusiera celosa y luego a solas me recriminara aquellos comentarios.

Susi : - Como hablas de esas cosas con mi madre?. La haces sonrojar - decía, sin saber que su sonrojamiento no era por pudor, sino que era por lo cachonda que ponía a mi suegra ..... Jijiji. Sabía como hacerlo para que, R...