Pínchame, amor (Segunda parte)
Masulokunoxo nos narra en el Ejercicio - continuando un relato anterior- como las agujas del chino siguen haciendo maravillas en Merche hasta desembocar en la mayor orgía de que se tengan noticias.
¡Siempre me pasa lo mismo, joder! Cuando se trata de un “aquí te pillo, aquí te mato”, lo bordo; en cambio, cuando preparo bien la jugada, me acicalo a conciencia –aún me duele el riñón con la puñalada sin IVA que me atizó la peluquera- y pongo en juego todos mis trucos de seducción, la cago. Y esta vez, con lo ilusionada que estaba por causarle buena impresión al vecinito del tercero izquierda –el mamón que firma esto como Masulun…Masukulo…Masu y no sé qué leches más-, el bajonazo que ha recibido mi autoes...