Incesto salvaje
Reconoció sus propios rasgos en el cuerpo frágil y delicado de su hija, saberla tan hermosa lo lleno de orgullo y deseo.
El sol del mediodía estaba en lo mas alto del cielo primaveral, Poncho aspiro lo mas profundo con todo el vigor de su juventud, su cuerpo era majestuoso, el pecho de roca y unos brazos capaces de arrancar un árbol, todo en el era formidable hasta sus enormes genitales que eran su mayor orgullo, en conjunto era un verdadero macho, a pesar de que un día antes había follado varias veces, sus huevos estaban de nuevo llenos de esperma tibio y fecundo, un deseo enorme de follar en su bajo vientre pronto le...