Un ángel entre la niebla
Entre la multitud, cargada de soledad, nace un ángel entre el humo artificial.
Un ángel nace de la niebla entre el martilleo de la música. No necesita abrir las alas, le bastan los pies para volar. A su alrededor, una legión de cuerpos torpes que se tambalean, que tiemblan, que intentan seguir el ritmo con más o menos suerte. Ninguno baila. Lo que hacen no se puede llamar baile cuando has visto al ángel moverse entre el humo. Las luces acarician su piel, allí donde el sudor riela en colores. Sus ojos resplandecen en la oscuridad. El ángel es ritmo y es luz.
La música envue...