Un buen escarmiento
Un castigo a la infidelidad, o quizás a la falta de confianza
Al salir de una reunión con un cliente, mire la hora. Eran las 17:00 y con el transito que había, si volvía a la empresa llegaría a las 18:00, que era la hora de plegar. Así que como que estaba cerca de casa, llame a la empresa para saber si había algo urgente que requiriera mi presencia, y como que no lo había les dije que no volvería a la empresa sino que iría directamente a mi casa, que estaba a menos de 15 minutos de donde estaba. Esto no era la primera vez que lo hacia, y tenia el beneplácito de mi jef...