LEON - segunda parte
Fantasías cumplidas. Nada mejor que encontrarte alguien con tu mismo vicio.
Llegamos a León aquella tarde. En el reencuentro ya habíamos profanado la puerta de la entrada, la mesa de la cocina americana y el sofá.
El pacto era cumplir una de nuestras fantasías cada vez que quedáramos, pero se nos fue de las manos con su “castigo” por no cogerle el teléfono.
Pensaba con qué sorprenderle cuando nos fuéramos de vinos mientras iba caminando hacia la ducha. Era grande y lo suficientemente espaciosa para entrar los dos y poder movernos. Pongo unas velas y apago las luces....