Estoy algo cachonda

Soy una chica super caliente muy atrevida me gusta exibir mostrar

Hola a todo, me presento mi nombre es paula tengo 19 años soy de venezuela

Me describo fisicamente, soy una chica de estatura media, 160 aproximadamente, delgada con una cinturita

Tengo unas nalgas bien paraditas y duritas soy de senos medianos de picos grande, soy de cara muy linda no es por nada mi cabello es negro y de largo me llega por de bajo de mis pompas.

Tengo 2años casada con mi esposo NESTOR de 25 años de edad, somos una pareja muy felices.

Soy una chica super caliente muy...

Rememorando situaciones 1.

Ya cumplimos aniversario de...

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Aquella tarde de sábado, Mari Carmen y yo estábamos viendo la televisión mientras pensábamos qué podríamos cenar. No era una actividad demasiado perversa, el mero hecho de comer algo antes de acostarnos; aunque precisamente ese día parecía ser el detonante oscuro que nos obligaría a traspasar barreras racionales.

Después de comentar en varias ocasiones las posibilidades que nos ofrecía nuestro ajuar de alimentos en el interior de la nevera, congelador y latas afines de ser ab...

Ahora si que está muy contenta!!!

Una empleada quiere mejorar su puesto de trabajo y se esfuerza para conseguirlo

Apoyado sobre el carrito de la compra espero aburrido a que mi mujer recoja de las estanterías nuevas viandas. Cuando acabe, empujaré cansinamente el carro a lo largo de otro pasillo, y luego otro, hasta que por fin, tras recorrer todo el supermercado, nos encaminemos a la caja dando por acabada la compra mensual.

Una mujer a la que no conozco de nada se planta delante y me da las gracias por algo que no atino a recordar. La lucecita se enciende cuando pronuncia el nombre de su hija, Tamara.

A t...

Un gilipollas en la oficina 8

Respuestas

…Verdades:

Me he perdido muchas noches de fiesta en el pueblo, pero todas y cada una mis ausencias podrían quedar compensadas esta noche y casi ha sido así.

Al final no bebimos mucho, no cantamos y tampoco bailamos, pero sus sonrisas y esa extraña sensación de bienestar provocada por la súbita liberación de endorfinas en la oscuridad del callejón, son más que suficientes para estar contento.

Apenas son las 4 cuando llegamos a casa, silenciosos para no despertar a los dueños que se retir...

Soy lo que se dice, una mujer grandota

Una salida nocturna con un final deseado... Las madres siempre tienen razón.

Soy lo que se dice, una mujer grandota

Pepa Flores estaba sola… Había pasado tanto tiempo desde que había estado con un hombre que apenas podía recordar cuándo fue.

A sus treinta y seis años, se podría decir que ya no era una joven… Su verdadero problema eran los 60 kg que había ganado en los últimos diez años… Ahora la bascula le marcaba 125 kg.

Mientras acumulaba grasa, su vida social se había ido a pique, y si bien había sido una mujer bastante atractiva, su apetito por los alimento...

Despertares

Tras la cena Melisa entró en el baño para ducharse. Allí...

Despertares

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La primavera llegó con todo su esplendor, el campo se tiñó de todos los colores del arco iris y el sol comenzó a calentar todo lo que se sometía a su reinado casi eterno, ya fuera vegetal o animal.

Melisa salía del instituto a la hora de comer, caminando con su inseparable amiga Tánia apaciblemente por las calles de la ciudad camino a casa. El paseo de casi 30 minutos les venía estupendamente para estirar las piernas y tomar el sol, al tiempo que hacían apetito para la hora d...

Benito y la señora de la montaña

Un joven recién cumplidos los diecinueve años, soltero, y estudiante de informática, gran enamorado de la naturaleza, haciendo senderismo le coge una tormenta inesperada. Tras varias horas se intensa lluvia al final un matrimonio que pasaba por allí lo recoge y la lleva a casa. Durante la estancia, la señora se encapricha con el joven muchacho, y tras contemplar la mandarria que se gasta decide fallárselo cabalgándolo sobre una silla.

Benito, un joven recién cumplidos los diecinueve años, soltero, y estudiante de informática, era una gran enamorado de la naturaleza y con frecuencia tomaba su mochila y se marchaba al campo a realizar senderismo. Algunas veces acompañado de otros amigos y en otras completamente solo.

En una de esa caminata, cuando el muchacho transitaba por unos prados de montaña, comprobó que el cielo se encapotó y comenzó a llover de forma intensa. Fue tal la intensidad de la lluvia que se vio obligado a refugiarse...

Me hice adicta sin querer. 1/2

Todo fue diferente cuando empecé a sentir otros penes más ricos

Y si, habíamos llevado una relación que para mí, era lo mejor, estaba muy enamorada de él y de su rico pene (hasta esa noche). Cogiamos a diario, me encantaba su pene largo y como me cogía, pero todo cambió aquella noche que  fuimos de fiesta, una de su universidad, como siempre me fui bien bonita, unas botas hasta encima de la rodilla, vestido negro corto, escotado y muy pegado a mi, y resaltaban mía hombros, mis senos saliendo y mis lindas piernas que siempre fueron bonitas. La fiesta del lugar se acabó y...

Abrí a dos rubias que llamaron a mi puerta FIN

Miguel se dirige a por Sara mientras la rubia prepara en el hotel la llegada de la oriental. Cuando llegan al hotel, los recibe Ía arrodillada en el suelo y vestida de criada. Al verla así, la miembro de la CIA siente envidia y aún más, cuando la joven lo saluda como su Amo. Último Capítulo

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En el coche, me empezaron a surgir nervios al darme cuenta de lo poco acostumbrado que estaba a las citas. No en vano la única que había tenido en los últimos dos años había sido con Agda y el mérito había sido suyo ya que ella había llevado la voz cantante, pero en el caso de Sara y dado su carácter, la responsabilidad de cómo se desarrollaran las cosas iba a ser enteramente mía.

«No puedo ni debo fallarla», me dije rememorando su cara de angustia cuando descubrió lo mucho que me deseaba t...

Vecinita despechada 6. La ventana

Ella mueve su cabeza hacia atrás, con los brazos se asegura en la mesa. Su pierna izquierda reposa aún en esa silla dando accesibilidad a ese coñito caliente y yo pegado a ella la penetro suavemente como sé que le gusta comenzar.

El café estaba caliente. Mi mujer ya se había vestido para llevar a las niñas al cole y yo desayunaba tranquilo, esperándo mi momento de soledad para poder escribirle algo a María y quizá pasar a su casa. Debo admitir que estaba totalmente obsesionado con ella, ya todo lo demás era secundario para mí. Sabía que iba a estar sola hasta la tarde que vendría su novio y no quería desaprovecharlo. Ayer por la noche ese sexo violento que tuvimos me encantó. No soy mucho de sexo fuerte pero nuestros últimos encuent...