Mi mejor amigo convertido en follamigo
Llevamos años como amigos y siempre hubo tensión sexual, no sabía cuanto deseaba devorarle hasta este momento. No me arrepiento de nada.
El sol calienta en un día despejado de primavera mientras una brisa fresca acaricia mi cuello y pecho, agita ligeramente mi pelo, mientras dejo volar mi mente. Adoro disfrutar de los pequeños placeres, y relajarme tras hacer ejercicio.
Casualmente pasa por el parque, Eric, una intimo amigo. Su media melena agitada por la brisa, su sonrisa y mirada pícara, me pierden. No puedo evitar sentirme excitada cuando estoy cerca suyo y los meses de sequía no ayudan a controlar la líbido.
Se acerca com...