La esclava perfecta (2)
Confirmo a mi amo Javier que voy a ser su esclava y continúo con mi segunda sesión de dominación.
Al día siguiente, cuando me desperté, analice todo lo sucedido la noche anterior. Me sentía humillada y vejada, pero aun así noté como tan sólo recordando me había empezado a mojar Javier ya no estaba, me había dejado dormir, y supuse que habría ido a comprar el periódico y el pan como cada sábado.
En mi almohada había una orquídea morada y blanca. El sabía que eran mis flores preferidas, tan misteriosas, bellas y distintas También había una nota. Comencé a leerla:
Querida esclava:
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