Deseada frialdad
-No haces más que provocarme con tus palabras... ¿quieres ver lo que tus respuestas suscitan ? -¿Por qué no?, ya puestos-dijo en tono irónico -Te vas a tragar esas palabras y esto también dijo mostrando sus veintidos centímetros de músculo duro y palpitante.
El gusto que destilan sus frases es un incentivo para los más excelentes catadores.
Su piel es dulce inocencia y tan solo con una mirada, te hace desear el exilio por poseerla.
¿Cómo puede alguién cosechar tal poder? Era una verdadera diosa, de rostro y cuerpo perfectos.
Haciéndome esa pregunta la vi deslizar su silla e incorporarse, creo que todos cuántos la estabamos obsevando notamos la tirantez bajo el pantalón.
Su pareja evidentemente se encontraba entre ellos, enfrascado ...