Historia de un descubrimiento
Tenías miedo, sentías dolor, placer, también alivio. Tu habías llevado durante años un secreto, un secreto que nunca habías revelado a nadie, un secreto que, sin embargo, desesperadamente habías intentado contar, un secreto que, en realidad, habías contado.
Historia de un descubrimiento
Hay una diosa a la que todos, ateos o creyentes, en algún momento de nuestra vida, hemos implorado ser beneficiarios de sus dones, la diosa Fortuna. Una diosa que parece empeñada, una y otra vez, en demostrarnos su inexistencia. Sin embargo, cuando te miro tendida a mis pies, acurrucándote entre mis piernas como una cachorrita mimosa en busca de refugio, sé, sin lugar a la duda, que la diosa Fortuna existe y yo he sido tocada por su dedo caprichoso. Me ha llevado cu...