Hasta que te lo ordene, solo compañeros de trabajo
LLevado por la obsesion y el deseo incontrolable, recurro a un intento desesperado y poco probable. Sorpresivamente todo resulta mejor de lo esperado. Ahora tengo una esclava sexual.
Jamás he tenido muestra alguna, nunca he recibido la mas mínima señal, realmente nada me permite pensar que pueda funcionar. Se que no tenés por que obedecer mis ordenes, no hay motivos para que la situación te trascienda, nada justifica mi accionar ni me garantiza que no vayas a gritar, nada, absolutamente nada me motiva a suponer que tu reacción no será de indiferencia y sorna. De hecho, si debiera apostar mi suerte a ello, sin dudas jugaría en mi contra.
Lamentablemente, desde aquel lejano dí...