Un desolado bosque (3: La Esclava)

Ocultándose en las sombras de la noche, los dos se alejan para internarse en el desolado bosque en donde corren buscando estar fuera del alcance del siniestro amo.

Un Desolado Bosque (3: La Esclava)

Hace unos minutos que Laura despertó, las lágrimas se escapan de sus ojos al recordar las humillaciones a las que fue sometida y se pregunta qué pasará con ella. No puede evitar odiar a los que la mantiene ahí en contra de su voluntad, todavía no puede entender como fue posible que pensara que podría llegar a enamorarse de Jorge.

Laura abre los ojos y suspira al ver que se encuentra en una cómoda cama entre sábanas blancas, rodeada por el silencio y acompa...

El Castigo (2: Las esclavas inician mi reeducació)

Me veo en la obligación de castigar severamente a Mi esclava (relatado desde su punto de vista). Nota: Conviene leer el capítulo anterior

Capítulo 2 (Las esclavas inician mi reeducación)

Un tirón de la cadena hace que suba la cabeza. Oigo una voz de mujer (supongo que lucy , pues no la había oído hasta ahora) que me ordena:

Sube al potro, esclavita; para ello puedes empezar a abrir los ojos. Pero date prisa, qué con tu exhibición de antes con las medias me tienes casi dormida.

Abro los ojos y veo que me han llevado delante del potro de castigo que había vislumbrado antes. Es de estos en los que te colocas d...

Era mi fantasía y ahora es mi realidad (2)

Mientras me duchaba después de tomar la decisión de no ir a clase aquel día no podía evitar recordar la sensación de la tarde anterior cuando me había corrido en la mano de Alberto escuchando sus palabras, en medio del parque, a la vista de cualquiera que hubiera pasado por allí y hubiese podido verme y mientras recordaba aquello no podía dejar de pensar qué era lo que podría pasar a partir de entonces

Aquella mañana estaba nerviosa e inquieta y no sabía por qué. Mentira. Sí lo sabía sólo que no quería pensar en ello. Mientras me duchaba después de tomar la decisión de no ir a clase aquel día no podía evitar recordar la sensación de la tarde anterior cuando me había corrido en la mano de Alberto escuchando sus palabras, en medio del parque, a la vista de cualquiera que hubiera pasado por allí y hubiese podido verme y mientras recordaba aquello no podía dejar de pensar qué era lo que podría pasar a p...

Un desolado bosque (2: premio y castigo)

Observan su rostro contraído por el dolor, por la sensación de ultraje a la que está siendo sometida, la usan sin consideración alguna.

Un Desolado Bosque (2: Premio y Castigo)

La noche es cálida y Laura se encuentra nuevamente en el desolado bosque, un escalofrío recorrer su adolorido y cansado cuerpo mientras con dificultad avanza por un angosto sendero que la lleva hasta un ojo de agua en donde se forma un pequeño estanque, sin ningún miramiento Luis la empuja para que caiga a la mitad del estanque, ella se estremece, pero agradece el contacto del claro líquido con su cuerpo.

Mientras Laura trata de limpiar su maltrato c...

Una familia de sumisos (4)

Como es un dia en nuestras vidas

III una familia de sumisos III

Como es un día en mi casa

Oscarcito debía preparar bien temprano un suculento desayuno para nuestro Señor Marcelo, que consistía en jugos, frutas, una gran taza de café y tostadas con diferentes mermeladas, previo a esto ya tenia lista la bañera con sales aromáticas.

Esperaba de rodillas al lado de la cama, mientras Belén y Leticia lo despertaban con sus lenguas por todo el cuerpo, mientras Marcelo desayunaba mi madre las limpiaba de su noche de amor, te...

El Castigo (1: La humillante sorpresa)

Me veo en la obligación de castigar severamente a Mi esclava (relatado desde su punto de vista)

Capítulo 1 (La humillante sorpresa)

Es una mañana de viernes de invierno, ya ha amanecido y tengo miedo. No ese miedo cerval que te inmoviliza sino el miedo de perder todo lo que había logrado hasta ese momento. He cometido una grave falta; Mi Amo, el pasado sábado, me pidió que tuviera preparada la merienda para Él y para Sus amigos y la sirviera; pero, durante la tarde, me entretuve en otras cosas y, al llegar Ellos, no les recibí de forma adecuada y la merienda estaba a medio preparar; más aú...

Paciencia de sumiso (2)

Poco a poco iba atrapándome en el deseo, en el ansia de servirla, y ciego caminaba por los caminos hacia mi sumisión

El frío me recibió a la salida del edificio. El sol se había puesto ya, y las luces de Madrid iluminaban las calles con destellos anaranjados. Había perdido totalmente la noción del tiempo, el sentirme suyo, bajo su mirada y concentrado en los sonidos, gestos… su voz. Mi cuerpo aun temblaba al pensar en ella.

Una ambulancia paso por delante de la puerta, y me arrebato de mis pensamientos. Y de golpe el frío entro en mi cuerpo. Tenia que moverme y emprender el largo camino de la espera.

Busq...

La evolución de Laura

Laura es una joven pobre como cualquier otra... ¿o no?

Era por la noche, acababan de sonar las doce campanadas, pero yo no había tomado las doce uvas, para mí sabía mucho mejor el pequeño postre que me acababa de tomar… pero mejor comencemos mi historia desde el principio, en pro de que entendáis como acabé en esta posición.

Me llamo Laura, y vivía en un barrio pobre de una ciudad, que no voy a nombrar. Desde pequeña vi sufrimiento, atracos, estafas… mil y una maneras de ganarse algo de pan para llevar a la boca. He dicho que vivía en un barrio pobr...

El precio de un amor (7)

¡Oh, por dios!— exclamó María, otra de las chicas— ¡oh, por dios!, ¡Sarahi!, pero como has hecho esto posible ¡dime!, ¿la has hipnotizado acaso?,

EL PRECIO DE UN AMOR 7

Norma en verdad se esforzaba en limpiar la orina y vomito tal y como Sarahi se lo había ordenado, pero le resultaba imposible a lo que Sarahi fastidiada decidió ayudarle levantándose del mueble y restregándole la cara en su propio vomito y orina de ella.

¿Lo ves normis?, ¡así de rápido y fácil!— dijo Sarahi sonriéndole de una forma burlesca a Norma para luego mirar a Pedro y decirle:

¡Ya, Pedro!, vete y llévate a esta perra, ¡me indigna su presencia apestando a...

Una familiar

Una familiar. Una tía. Una sobrina. Un encuentro con ellas en casa de una amiga. Una cena con invitados. La curiosidad de la sobrina.

Durante algún tiempo nos habíamos visto en reuniones familiares, en las que ella me saludaba muy afectuosamente, pero salvo ese saludo en pocas ocasiones solíamos hablar. En estas reuniones me miraba de reojo y cuando la miraba apartaba la vista. Cuando me acercaba a ella me rehuía y al intentar darle conversación hacía poco más que sonreír.

Pero lo que me obsesionaba de ella eran sus pezones, dos pequeños montecillos difíciles de retener por ningún sujetador y que parecía tener constantemente e...