Las amigas de Elsa (5)
Monica me da a elegir entre seguir con ellas o marcharme.
Cuando me desperté ya no estaba en la cama, estaba tumbado sobre una cruz en forma de x con tiras de cuero sujetando mis tobillos, muslos, cintura, brazos, muñecas y la cabeza. No tenia nada encima ni llevaba nada puesto, pero tenia una erección terrible. Al cabo de un rato la puerta se abrió y la x se puso de pie. Entro una señora de unos cuarenta y tantos, maquillada y con el pelo más bien corto y moreno, delgada. Iba bien arreglada para los domingos, en plan ir a dar un paseo. Se sorprendió mucho al verm...