Soy tuya. Úsame. Haz conmigo lo que quieras
Te conocí al salir la oficina y desde el primer momento lo tuve claro: tú no eres de los que preguntan. Eres un macho de verdad de esos que no preguntan si estás casada o si tienes derecho a follarte. Sabes que lo tienes y me follas.
Me has follado sin decir palabra. No hacía falta. Me has mirado en el bar donde comía y he mojado el coño. No sé nada más. Excepto que he dejado la comida a medio y te he seguido.
Y cuando has entrado en el hotel he subido a la habitación detras de ti y una vez dentro, me has desnudado y follado sin decir ni una palabra. Podría decir que me has violado, pero no ha sido cierto porque yo te incitaba a que me follaras duro, sin tregua, sin pausa, sin mimos, sin compasión. Sólo me he atrevido a decir: “De...