Prisionera en Marruecos 2ª Parte
Mabel tardaría aún varias semanas en averiguar que ella era el objeto de un experimento psicológico, una cobaya humana en manos de la industría farmaceutica y de gentes sin escrúpulos como la propia Magi.
La besó fugazmente y giró su torso para ocultar su cara con la almohada.
— ¿Cómo sé que cumplirás tu palabra?
Tengo un celular, permitiré que hables con tu familia una vez a la semana, pero podrás confirmar que están bien, nada de encargos ni mensajitos, ¿de acuerdo?
Asintió con la cabeza y Magi tiró de la sábana destapando a Mabel.
—Voltéate.
Obedeció e intentó vanamente cubrir sus pechos y su sexo con los brazos.
—Extiende los brazos sobre tú cabeza, Mabel.
Estiró...