Prisionera en Marruecos 2ª Parte

Mabel tardaría aún varias semanas en averiguar que ella era el objeto de un experimento psicológico, una cobaya humana en manos de la industría farmaceutica y de gentes sin escrúpulos como la propia Magi.

La besó fugazmente y giró su torso para ocultar su cara con la almohada.

— ¿Cómo sé que cumplirás tu palabra?

Tengo un celular, permitiré que hables con tu familia una vez a la semana, pero podrás confirmar que están bien, nada de encargos ni mensajitos, ¿de acuerdo?

Asintió con la cabeza y Magi tiró de la sábana destapando a Mabel.

—Voltéate.

Obedeció e intentó vanamente cubrir sus pechos y su sexo con los brazos.

—Extiende los brazos sobre tú cabeza, Mabel.

Estiró...

La crisis

La crisis ha afectado profundamente el barrio. Cada habitante se busca la vida como puede, una de ellas es Sonia.

En los últimos años el barrio no sólo se había degradado sino que sus habitantes, gente de clase media trabajadora, había caído en la más abyecta degeneración. Se notaba en el detrioro de los edificios, en las basuras que se acumulaban en casi cualquier sitio, en las colas del comedor social, en las gastadas ropas de los viandantes, en el mal olor que se acumulaba en cada rincón, en las pandillas de jovenes que no sentían el más mínimo remordimiento en atemorizar a sus vecinos , en los locales cerrados que...

Rompí las Reglas

Una carta que mi amo no le gustaría leer.

“Hola Amo:

Sé que estoy cometiendo una osadía al escribirle esta carta, cuando usted la lea me pondrá castigos severos. Claro, si aún fuera su sumisa.

Hace una semana en el sótano, se acercó a mí por última vez, me penetró, aunque yo no estuviera lista, utilizó todos mis orificios estando encadenada y en posiciones incomodas para mí. Me azotó, humilló y castigó solo por satisfacción.

Recuerdo muy bien su rostro de placer, ese sadismo con el que me trataba, me sentía muy pequeña frente a su...

Mi pimer contacto con la sumision

Este relato es al parecer de una tal Eva Salaiz

Nos Conocimos en un Cafe Vips, yo estaba con mis amigas, tomando un

cafe y platicando. Actualmente tengo 22 años y estoy estudiando la

carrera de Administración de Empresas. toda mi vida he tenido

problemas al relacionarme con los demas, basicamente es por mi

apariencia, ya que siempre he parecido ser mas joven de lo que

realmente soy.

Cuando tenía 15 años, la gente me llamaba niña y esto me enfurecia,

pues siempre he sido MUY despierta en el plano sexual, pero para...

Mujer acosada y emputecida ii

Historia de cómo una mujer se entrega a los caprichos de un hombre, hasta el punto de que finalmente su vida sólo gira en torno a su control y dominación, cambiando totalmente su concepto de lo que debe ser una mujer

Al día siguiente me levanté a las 7 como siempre quería llegar a las 8 al trabajo para que no pensara que aceptaba tener sexo, para vivir mejor, mi cabeza le daba vueltas mientras me duchaba, ¿por que no le denuncié? Fue una violación, pero al no hacerlo pasé a sentirme como una mujer que le había puesto los cuernos a su marido, los primeros por cierto.

Pensándolo más aún, en realidad si bien me forzó, tampoco se puede decir que fuera sin mi consentimiento. No hice nada por evitarlo salvo lloriquear u...

Alice y yo, viajando hacia nuestra degradación

Mi amiga Alice y yo Becka, decidimos ir dos semanas de vacaciones a Estambul juntas en busca de emociones y sexo como en otras ocasiones. Lo teníamos todo planeado y éramos juntas, dueñas de cualquier situación, con nuestra experiencia con los machos, pero sin saber como, el viaje de cambio de rumbo

Planeando nuestras vacaciones, Alice y yo, decidimos viajar a Antalya como nuevo destino para nosotras dos en Turquía, una bonita ciudad que une el encanto de los turco, con el placer de estar junto al mar, en la costa del sur de Turquía, y donde hay un ambiente más cosmopolita que en Istanbul, que es otra de las ciudades que nos gustan a las dos y donde ya hemos estado en dos ocasiones

Pero finamente nos decidimos por repetir en Istanbul, frente a la opción de  Antalya, porque está más occidentalizad...

Mi marido se convierte en una puta...

Mas pasos del cornudo de mi marido...

Desde hace algún tiempo para acá estoy convirtiendo a mi cornudo en una Sissy CD , es tan poco macho y tan puta , que me gustaba mucho la idea de verla como una atentita puta, decidí entónarla un poquito para luego prostituirla , se que cuando esta perra es capaz de cualquier cosa por una polla.

Comenzamos el entrenamiento vistiéndola a menudo como una zorra´: mayas, corsset, ligueros y peluca, le encerraba su polla en su cb, para lo poco que la utiliza no le sirve, y ya esta muy entrenada para correr...

Mujer acosada y emputecida i

Historia de cómo una mujer se entrega a los caprichos de un hombre, hasta el punto de que finalmente su vida sólo gira en torno a su control y dominación, cambiando totalmente su concepto de lo que debe ser una mujer

Mi nombre es Begoña y esta es la historia de mis últimos tres años, mas o menos, todo empezó en mayo de 2013, tenía 32 años y llevaba casada un año, es decir, me casé con mi último novio con el que llevaba 5 años emparejada, soy licenciada en físicas, y trabajo de consultora senior en una multinacional que diseña programas informáticos a medida para empresas, la verdad que mi imagen era bastante conservadora, en cuanto a la forma de vestir, peinados, maquillaje, etc.

Comía de todo y aún estaba delga...

Sesion compartida

Sesion con mi señora compartida con otra sumisa

SESION COMPARTIDA

Soy Enrique, tengo 45 años, abogado, divorciado, de 1,64 m, complexión normal, y no mal conservado para mi edad,  y sirvo a una señora desde hace unos meses, dos tardes a la semana, cuando ella me llama y debo acudir a su casa, o a veces me hace llevar los fines de semana fuera de nuestra localidad, a hoteles de lujo y discretos, sirviéndole todo ese tiempo  24/7. Pero lo normal es quedar de una sesión para otra. En este caso tras pasar una sesión de sumisión, humillación y adoración...

La pequeña guarilla

Continuación de la importancia de ser sumisa

Silvia pasó todo el viaje a mi casa completamente callada. Me sonreía cuando le decía algo pero apenas hablaba.

Eso hizo que empezase a sentirme incómodo. Tenía que asegurarme de que seguía siendo mi perra. Por eso mientras estábamos en el ascensor me abalanzé sobre ella y empecé a besarla mientras mi mano entraba en sus apretados pantalones.

La sonrisa de picara que puso y la humedad de su entrepierna me demostró que había vuelto.

La verdad es que la chica besada tan bien como la ch...