La importancia de ser sumisa
Primera parte de la historia de como conocí a la sumisa que me completaba
TODO ES FICCIÓN Y NADA MÁS
Mientras la lefa salía de mi rabo y se desbordada por su coño la chica, que hace unos pocos días no conocía, se dejaba caer sobre la cama respirando profundamente.
Me estiré a su lado y empecé a observarla. Su pequeño y apetecible culo aún estaba enrojecido de mis azotes. Sus tetas se bamboleaban con su respiración. Su cara estaba desencajada por el orgasmo. Pese a ello lo que más me excito fueron las palabras que salieron de su boca.
-Amo, ¿Puedo limpiarle l...