Empezando con mi sumisa 5
Continuamos educandola
Atenea- Señor soy suya estoy muy mojada.
Bien te quiero con las piernas abierta ahí de pie.
A partir de ahora me darás las gracias con lo que te haga.
Atenea- si Señor
Me acerque a ella con un antifaz y se lo puse, note como se ponía nerviosa, me moví sin hacer ruido para que no supiera donde estaba, ella movía la cabeza para saber donde estaba, me puse detrás de ella y la susurre en un oído, te voy a convertir en una zorra, pego un sobresalto al oírme tan cerca, me fui de su oído y...