Mi mujer y el paseo en velero
De cómo mi mujer se volvió la esclava lasciva del patrón de un barco y de cómo yo me convertí en un cornudo sumiso plegado a sus deseos hacia mi mujer.
Desde hacía dos años el sexo con mi mujer había caído en picado. La rutina, las hijas, el trabajo y el día a día había transformado nuestra vida sexual en un páramo sin vida. Lo recuerdo perfectamente, estábamos en una playa al inicio del verano cuando mi mujer me dijo:
-Me encuentro muy a gusto contigo, todo nos va bien. La verdad es que no necesito el sexo para vivir.
Esto para mí fue la gota que colmó el vaso, ¿era esto lo que me esperaba a partir de ahora? una vida de trabajo y compañía feme...