Aprendiendo a Obedecer (V)
Siguen las aventuras de Freya y Gaia.
Freya, al cabo de unos minutos estando así, retiró el vibrador del clítoris de Gaia para con rapidez pellizcarlo. Gaia llegó a un fuerte orgasmo con rapidez. Un grito escapó de los labios de la pelirroja y alzó las caderas buscando que aquel placer aumentase.
—Se acabó por hoy perrita. — Gaia miró a su ama respirando entrecortadamente. No podía ser. No podía dejarla así. Le miró a los ojos temblando descontroladamente.— También esto es parte de tu entrenamiento... aguantar sin correrte hasta que tu am...