Espérame en el hotel IV
Un castigo bien merecido, un orgasmo frustrado y una sorpresa final...
Te empujo por la espalda y no puedes evitar caer de cara sobre la cama. Mientras ruedas sobre el costado y encoges las piernas para llevar las rodillas hacia el pecho para que los glúteos dejen de hacer presión y el plug tenga algo más de espacio, escuchas cómo me quito los guantes de látex y los dejo cerca. Tu mente comienza a divagar ante la idea de que tengas pensado volver a usarlos.
Tiro de tus brazos un poco más hacia atrás desde el lateral de la cama y comienzo a enrollar cada una de tus manos...