La aventura de la elfa cachonda

Isra es una agente veterana que decide retirarse. En internet se encuentran con unos conocidos que ahora se dedican al porno, lo que enciende algo en ella que creía dejado en el pasado.

Llegué a la casa de Esmeralda, o más bien mansión. Se gastaron sus ahorros en una mansión, y su trabajo, por sorpresa, les da beneficios. Llamé a la puerta, y Eiji me recibió con sólo unos calzoncillos. No negaré que mi mirada se desvió a otra parte.

–Dara, entra.

Eiji se fue de la puerta y me dejó entrar.

–Que cómoda debes estar con solo un sujetador.

–Hace calorcito, me sienta mal el calor.–detrás suya tenía un ventilador.

Me senté con ella. Se sentía extraño verlos casi de...

Lectora me visita y le cumplo sus fantasías

Relato dónde narro como una lectora me visita y obtiene mucho más de lo solicitado. Ella obtiene lo que vino a gozar mucho más de lo solicitado.

No puedo negar que me invadía una excitante mezcla de emociones, estaba por conocer en persona a una lectora fan que se había transladado hasta mi ciudad  con el firme propósito de ser Sometida por Shalimar y estaba dispuesta a obedecer al 100 por ciento, YO le había garantizado 3 noches y 4 días de un Tsunami de Placeres.   Su nombre real me lo reservaré y le impuse el seudónimo BRANDY.   Es una mujer que llegaba de la CDMX, 45 años, 1.65 mts de estatura, GORDIBUENA de 75 kilos repartidos generosamente en...

Las vengadoras (I)

Soy María G, y pertenezco a un grupo de cuatro mujeres que, desde hace casi tres años, nos dedicamos a castigar físicamente a las personas que se lo merecen. En el cuerpo humano hay partes muy sensibles y delicadas. Y ahí les damos sin piedad.

Hola a todos. Me presento. Soy María G, y pertenezco a un grupo de cuatro mujeres que, desde hace casi tres años, nos dedicamos a castigar fisicamente a las personas que se lo merecen. Por lo general trabajamos con mujeres que se meten con hombres casados, malas madres, ladronas... Mujeres que se divierten regando maldad por donde quiera que pasan con sus palabras, con sus acciones... De esas hay muchas. Vecinas que te amargan la existencia con sus envidias y sus chismes, mujeres todas que se dedican a dest...

Mi vida como esclavo (1)

Trato de compartir mi vida junto a mi esposa y Ama en el día a día. Lo narrado responde a la realidad aunque se han modificado algunos detalles.

Mi primer día como esclavo (1)

Nuestra relación iba avanzando cada día más, dada la excelente comunicación que había entre ambos como matrimonio que vivíamos una relación D/s, 24/7. Yo estaba jubilado mientras que Ella seguía trabajando. No vivíamos solos sino con un hijo aunque no siempre estaban en casa, momentos en que aprovechábamos para disfrutar de nuestra relación.

Aquel día iba a suponer un salto muy grande en el seno de nuestra relación. Su hijo se había marchado por unos días a un...

Mi vida como esclavo (2)

Trato de compartir mi vida junto a mi esposa y Ama en el día a día. Lo narrado responde a la realidad aunque se han modificado algunos detalles.

Mi vida como esclavo (2)

  • Hola perrito mío. Lo primero que has de hacer es taponarte con uno de los tampones, los gruesos. Quiero que me mandes una foto cuando lo hayas hecho.

Me fui al cuarto de baño y tomé el tampón para a continuación introducírmelo en mi culo tal como me había ordenado. Eché una foto y se la mandé.

  • Muy bien así me gusta, putita. Ahora vístete adecuadamente para hacer las tareas de la casa. No olvides maquillarte y ponerte muy guapa, ya sabes que mi putita ha de acical...

Esclavo de mis vecinos. (capítulo 32)

Por una de esas casualidades de la vida mis vecinos y yo descubrimos nuestros gustos y podemos cumplir deseos y sueños.

CAPITULO 32

(se recomienda leer los anteriores)

Mi Ama aprovecho su momento de relax y tranquilidad para llamar a su marido, mi Amo, aun no le había dado la noticia, cuando se lo conto el no salía de su asombro y no terminaba de creérselo, todo había sucedido muy rápido y los astros se habían juntado de manera casi imposible para que mis Amos tuviesen una perra de su propiedad, había sucedido algo similar guardando las distancias como ocurrió conmigo, algo inesperado, mi Ama estaba encanta...

La orgía de mi esposa

Mi esposa desea repetir una orgía realizada año anterior, por ello yo me presto a organizarla, pero se nos va de las manos.

RELATO:  La orgía de mi esposa

En anteriores relatos (mi novia me pervierte) explicaba el proceso de como María mi novia, ahora mi esposa, me descubre el sexo y muchas de sus manifestaciones como la dominación, el Swinger, el Voyerismo. etc. Con ella mi vida sexual paso de ser triste y anodina a descubrir una faceta que ayudó a dar sentido a la vida, su energía, morbosidad y disposión a ayudarme, cambio mi vida y ya no puede vivir sin ella, por lo cual como ella misma hizo me separe de mi esposa y me...

Alejandra , Sumisa y Caliente

Alejandra es sumisa y una perra caliente

Después de los correos contigo la curiosidad por conocer la tierra de Neruda me hizo teclear en el ordenador: ¿Qué ver en chile? Me apareció el desierto de Atacama con sus flores, Valparaíso, Chiloé, Punta Arenas con sus pingüinos, Puerto Natales, las torres de Paine, San Pedro de Atacama, la Isla de Pascua con sus moáis, Santiago de Chile, la Catedral de Mármol, el lago Llanquihue... Chile es hermoso, pero en realidad a quien quería ver era a ti. Solo sé que te llamas Alejandra, que eres morena, que tienes...

Mari, la vaquita III (La degradación)

Camino de regreso Mari se dobló sobre sí misma, tapándose la cara, llorando desconsoladamente.

Amanecía, la luz del nuevo día entraba ya en la habitación cuando Belén se despertó. A su lado aquel cuerpo, aquel cuerpo al que acariciaba. El cuerpo de su vaquita.

  • Señora… ¿De verdad va a marcarme?

  • Sí. Así nunca te olvidarás de mí y sabrás que debes venir a mis pies cuando te desee.

  • Hay más ¿Verdad? ¿Cuántas llevan su marca señora?

  • Tú serás la quinta. Pero solo lo haré si tú lo aceptas. Te dolerá, aunque solo por un corto espacio de tiempo. Antes aún tengo que hacer algunas...

Confesiones desordenadas

Confesiones de un hombre.

Confesiones desordenadas.

El vestido negro opaco se pegaba a su cuerpo como una segunda piel. Sus senos pequeños, suaves y pálidos se cubrían totalmente, no así sus muslos, los cuales dejaban verse más de la mitad, mientras sus piernas estaban cruzadas.

Sus muñecas y manos estaban desnudas. Su cuello nacarado, donde se perdían algunos lunares, estaba rodeado por una cadenita de pequeños eslabones dorados que sostenía un dije, también dorado, con forma de mariposa.

La lluvia debió parar ni bien emp...