Tres lágrimas
Cuando el dolor es la suma de todas las lágrimas.
Es absurdo no tenerte. El sofá aún se ondula con la forma de tus muslos y la televisión irrumpe la oscuridad de la sala con tu canal preferido de comedias románticas. La escena taladra mi pecho. Una chica de unos veinte años abraza a un hombre de la misma edad y susurra en su oído “La eternidad no se aplica en el amor como en el cielo” y se besan. Es injusta tu ausencia, tanto como tus pantuflas asomándose bajo la silla en tu puesto de la mesa o el vaso de jugo medio lleno, medio vacío, con la marca de tus...