La verdad sobre Robinson Crusoe. La madrastra 2

En este capítulo, Robinson Crusoe narra la llegada de su padre y cómo su afición a la bebida, provoca que su madrastra se entregue a él mientras en la habitación de al lado, su viejo dormita la borrachera. Al culminar el incesto, ambos comprenden que se aman y se sumergen sin límite al placer.

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La llegada de mi padre exigiendo la comida sin hacer caso a su mujer y tratándola como si fuera solo una cocinera contratada para satisfacer su apetito provocó mi indignación y lejos de fustigarme por lo que había pasado, creció en mí el rencor y creí loable el ser yo quien la consolara carnalmente. Por ello cuando llegó ante mi puerta y se rio de mi sufrimiento, decidí castigar su desplante arrebatándole su bien más preciado.

«Tu mujercita será mía», me prometí.

Esa determinación se a...

Madre e hijo, experiencias eróticas II

Continúan los momentos eróticos maternofiliares entre Paul y su madre Nati, donde las cosas comienzan a tornarse algo mas cercanas.

Pasó una semana desde aquella ducha erótica junto a mamá, donde yo no podía quitarme lo ocurrido de la cabeza. Solo con pensarlo levemente, me excitaba.

Al llegar el sábado y quedarnos nuevamente solos, yo unicamente pensaba en repetir el entrenamiento con mamá y confiar en que quisiera que nos duchásemos después.

Así pues, el sábado llego, y le ofrecí a mama entrenar juntos, a lo que ella accedió muy alegremente. Se puso su ropa ajustada, y un top nuevamente que hacia sus pechos muy sugerentes....

Juegos con el padrastro

Raquel, desde siempre había tenido una buena relación con su padrastro. Desde joven le gustaba jugar al “caballito con el mismo”. Al crecer estos juegos cesaron. Pero al llegar la mayoría de edad, la chica aprovecha una ausencia de la madre, para volver a practicar aquel juego. Sin embargo, las consecuencias se van sucediendo

Raquel era una joven que recién acababa de cumplir su mayoría de edad.  Se había quedado huérfana de padre a la edad de doce años tras el fallecimiento del mismo en un  accidente laboral.  Tras ese luctuoso acontecimiento, la chica lo paso bastante mal ya que su madre tuvo que ponerse a trabajar, y ella permanecía gran parte del tiempo en el colegio y sin poco contacto con chicas de su edad. No obstante, la situación cambio cuando unos años más tarde, su madre le presentó a su nueva pareja, un hombre mucho...

Confieso el Embarazo que me Regaló Mi Hermano

En el cumpleaños de mi hija, le confieso a mi hermano que espero a su Hijo/Sobrino.

Existen personas con misterios qué se llevaran a la tumba, por miedo a que otras personas, no comprendan el valor del secreto, y luego estoy yo, que me dedico a retroalimentar mis pulsiones mas retorcidas mientras escribo. Hola a todos, mi nombre es María Sofía, soy psicóloga, madre y esposa. Este es mi primer relato con 36 años, y por eso, he decidido compartirlo con ustedes; no sin antes desvestirme para estar mas cómoda, al recordar ciertos detalles. Mido 1.72 cm, tez blanca, cabello castaño, cuerpo robu...

Historia de una pandemia (IV)

A Papá le van a dar el alta, y Tomás prepara a Paula para continuar con su intensa relación

Antes de leer "Historia de una pandemia (IV)" échale un ojo a la primera y segunda parte de este relato para que no te pierdas mucho

Historia de una pandemia (I) > https://todorelatos.com/relato/172318/

Historia de una pandemia (II) > https://todorelatos.com/relato/172535/

Historia de una pandemia (III) > https://todorelatos.com/relato/172602/

Espero que te gusten!


Tanto Tomás como Paula caen en los brazos de Morfeo, durmi...

Big Hugo

Nuestras respiraciones agitadas se fueron acompasando con el paso de los segundos y finalmente...

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Sonó el timbre cuando me estaba duchando, así que, tardé un poco en salir, liarme una toalla y abrir.

Allí estaba mi nueva vecina Cintia, con su hijo Hugo, una mole de casi dos metros de altura, tan grande como dulce. Hugo era muy tímido, así que cuando Cintia le pidió que me dijese un simple “hola”, éste lo hizo, luego bajó la mirada, se mordió la uña del dedo gordo y miró hacia atrás sonriendo.

— ¡Mira Ada, estoy un poco apurada, porque mi madre está enferma y quiero coger un vuelo l...

Madre e hijo, experiencias eróticas I

Un hijo y su madre, comienzan a tener acercamientos en forma de situaciones un tanto eróticas, que con el tiempo, trascendería a puntos jamás imaginados por Paul.

Mi nombre es Paul, tengo 28 años, un cuerpo bastante bueno, me cuido y hago deporte. Mi madre, Nati, tiene casi 60 años, a pesar de ello, se conserva bien, es muy guapa, lleva el pelo corto y platino, tiene sus curvas, tetas grandes aunque algo caídas, y un culo un poco grande, redondo y apetecible. Mi padre tiene 66, y por lo que yo sé, ya no suelen hacerlo nunca, sobre todo porque mi madre suele ponerse a la negativa.

Esta historia, como otras, comienza conmigo, teniendo fijación por las mujeres mad...

Mi cuñada y la partida de póker

El alcohol en sus venas ayudaba a llevarla a donde yo quería. La probabilidad jugaba a nuestro favor, éramos 2 chicos sin ningún pudor de enseñar nuestros cuerpos desnudos con la intención de desnudar a una mujer bastante mayor que nosotros.

Hola a todos,

Mi nombre es Jaime, tengo 20 años y lo que os voy a narrar sucedió hace sólo un verano. Tengo una familia normal compuesta por mi madre, mi padre, mi hermano mayor el cual me saca diez años y yo. Desde hace 2 años tenemos que incluir a Lidia a nuestro núcleo familiar debido a que tiene una relación bastante arraigada con mi hermano.

Volviendo al caluroso día en cuestión, os diré que esa semana estaban mis padres de vacaciones en Peñíscola, de segunda luna de miel. Siempre que se ib...

Clara y su hermano (5) que calientes estamos!

Las ganas que tenemos ya son imposibles de ocultar, estamos dispuestos a exhibirnos y mas La pija de mi hermano es hermosa y se lo hago saber

Esa noche durante la cena no pude evitar cruzar miradas con mi hermano y sonrojarme. Nadie se dio cuenta, o al menos eso creo, pero fue una situación que por un lado me ponía muy nerviosa y a su vez esa adrenalina, me calentaba mucho

Ya se irán dando cuenta que, como es clásico en mi vida, apareció la culpa, pero esta vez con una mirada a futuro y un pronóstico de qué pasaría si avanzaba más en este peligroso juego que estaba jugando con Ramiro.

Hecha un mar de pensamientos, me acosté a dormir....

La Escritora (v)

—¿Y por qué cuando me subo en la escalera me miras las bragas?...

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Me pongo el mío y una camiseta y bajo las escaleras para esperarla en el salón, finalmente ella baja muy sonriente y para mi sorpresa con el bañador puesto.

—¿Bueno nos vamos? —dice como si tal cosa.

En el camino no hablamos mucho, mantenemos un tenso silencio mientras caminamos.

Al llegar a la apacible persa natural del río, un suave viento de poniente alivia los calores de esta tórrida tarde de verano. No tardamos ni cinco segundos en estar chapoteando en el agua, y una vez den...