La Terapia
Traviesamente deslicé mi dedo por su ano, al igual que ella...
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Leonor ya no sentía ningún tipo de vergüenza en aquella sala de espera. La chica que hacía de recepcionista le dijo que hoy el doctor llegaría un poco más tarde y la invitó a tomar un café o una infusión ante lo cual Leonor aceptó.
Pasaron al piso donde se ubicaba la consulta y allí, en plena cocina se prepararon un café y se sentaron en una coqueta mesa de color blanco, al igual que el resto del mobiliario, para tomarlo junto a unas pastas.
La secretaria se llamaba Laura, había estudi...