Destructo IV, Dédalo soñaba estas alas

Tercer capítulo. Los tres nuevos Arcángeles se preparaban, a su manera, ante la inminente invasión de la Serafina. En tanto, la Querubín descubría uno de sus más temidos secretos.

I

Un relámpago tronó entre los oscuros nubarrones e iluminó fugazmente la ciudad de Glasgow, de edificios resquebrajados y escombros adornando las tierras por donde una espesa neblina de polvo flotaba en medio de la oscura quietud. Solo una mancha amarillenta, difusa y pálida en un sector del cielo, indicaba exiguamente la posición del sol. Cualquiera creería que la apocalíptica nación de Alba era la fiel representación del infierno, eternamente sumida en la oscuridad y un clima severamente inesta...

Destructo IV, Enemigo mío

Segundo capítulo. La Querubín conocía por primera vez a la legendaria caballería de la Legión, en tanto los ángeles más feroces rugían en los Campos Elíseos.

Guía de lectura y personajes de Destructo IV

I

La Querubín caminaba por el camino que atravesaba el frondoso pinar de la reserva de los mortales, silbando una canción y disfrutando del día. A veces invocaba su sable en una mano y daba tajos al aire, tatareando sus canciones favoritas del coro de Zadekiel. Hacía tiempo que no estaba de tan buen humor. Ahora sabía volar e incluso vio el mundo desde una perspectiva...

Destructo IV, La hiedra tiene larga vida

Primer capítulo. La líder de las Virtudes enfrentaba la más catastrófica de las noticias y buscaba consuelo. En tanto, en el desierto rojo del Inframundo, el ejército más violento levantaba una nube de desesperanza a la estela de su marcha.

Guía de lectura y personajes de Destructo IV

I

Al alba, una delgada línea dorada descendió sobre la larga fila de montes de los Campos Elíseos, toda una extensa cadena oscura que se elevaba sobre el horizonte. Al otro extremo, en la llanura, se erigía Paraisópolis, la imponente ciudadela angélica. Era posible percibir el Templo de los Arcángeles, con su llamativa cúpula dorada, aunque el conjunto, desde la distan...

Destructo IV, Vine a sacudir el cielo en tu nombre

Prefacio. Tus alas rompieron las cadenas y están forjando una nueva rebelión. Escúchame; hay una leyenda que debes conocer. Porque el reino de los cielos ahora lo pueblan ángeles perversos y traen viejos vientos de desesperanza.

La Querubín abrió los ojos y percibió, borrosa, la bailante luz solar que se colaba entre las hojas de los pinos. No dejaba de maravillarse quietamente de la belleza natural que era capaz de encontrar en el reino de los mortales; de niña lo pensaba como una jungla de acero y rascacielos atizados de luces artificiales, y poco más. Intentó reponerse, pero se dio cuenta de que sería mejor seguir acostada en el suelo, sobre el manto de hojas secas. Se acomodó y gimió de dolor; la cintura y las alas dolían demas...

Destructo III Golpeando las puertas del cielo

Décimo capítulo. En el reino de Xin, dos soldados pusieron fin al impase. Y en los albores de una nueva época, la guerra comenzó de la manera más inesperada.

I.Año 2.332. Inframundo

Las ninfas Mimosa y Canopus asomaron lentamente desde la cima de una gran colina que ofrecía una inmejorable vista del desierto rojo. Habían pasado montando sobre el lomo de Cerbero, en búsqueda del ángel que les rastreaba la bestia tricéfala, pero aún no habían dado con nadie. En cambio, se toparon con una realidad tan inesperada como desesperanzadora: comprobaban con estupor cómo, sobre la vasta planicie, un gigantesco ejército de espectros marchaba en perfecto orde...

Desctructo III Tus ojos me recuerdan las estrellas

Noveno capítulo. ¡Batalla sin cuartel! Xin y mongoles se desafiaron en el Himalaya. Y en una nueva época, los ejércitos de dragones y mortales libraron una batalla memorable.

Guía de lectura y personajes de Destructo III ( Link ).

I.Año 2332

Cientos de dragones sobrevolaban en el cielo nocturno, dibujando un gigantesco círculo de al menos doce anillos de grosor; era un ejército numeroso que incluso había ocultado la luna, ennegreciéndolo todo. De vez en cuando, dos lagartos se desprendían del grupo y arrasaban entre los soldados del Norte, quienes no podían hacer nada ante las...

Destructo III Caza dragones

Séptimo Capítulo. La ciudad de Kabul fue testigo de un sangriento duelo a muerte. Y en los albores de una nueva época, cientos de dragones bajaron del cielo.

Guiá de lectura y personajes de Destructo III ( Link ).

I.Año 2332

Durante las oscuras noches en el desierto de Bujará reinaba un silencio absoluto, tanto que parecía posible escuchar rugidos de dragones, en la lejanía, mezclándose con la brisa, aunque muchos creían que aquello era más bien imaginaciones de los que se adentraban en las profundidades del Mar Radiante, de por sí un lugar que acrecentaba la t...

Destructo III Al infierno por la compañía

Séptimo capítulo. Una persecución mongola por las tierras de Transoxiana ponía en peligro las vidas que resguardaba el escolta ruso. Y en el Inframundo, un rugido estremecedor sacudió la ciudad de Flegetonte

He escrito una guía de personajes de Destructo III para quien le interese ( Link ).

I.Año 1368

El viento ululaba entre los jinetes de la extensa fila del ejército mongol, levantando una fina niebla de arena que obligaba a los hombres escupir constantemente. Avanzaban con pesadumbre, asados bajo el sol y cansados; desde la altura todo el ejército lucía como una gigantesca serpiente oscura que se deslizaba l...

Destructo III Escríbeme en fuego

Sexto Capítulo. En el reino de los mortales, el ejército del Norte se movilizaba para la peligrosa búsqueda de dragones, en tanto que la Querubín era abrigada por seis alas.

I.Año 2332

Cuando el desnudo ángel Deneb Kaitos se sentó en un sillón frente al extenso ventanal, dobló las puntas de sus alas como acto de asombro. La capital del Hemisferio Norte imponía con esos interminables y altos edificios poblando el horizonte y, sobre todo, irradiaba como nada que hubiera visto antes en su milenaria vida; era sobrecogedor verlos, cientos de haces de luces acuchillando en diferentes direcciones. Faltaba poco para el amanecer y ya estaba cayendo en la cuenta de que lo...

Destructo III No puedo dejar de mirar el cielo

Quinto capítulo. El custodio ruso debía defender al embajador de los peligros en el reino de Corasmia. Y en una nueva época, la Querubín acariciaba las estrellas.

I.Año 1368

El calor ya se sentía intenso en las arenosas calles de la ciudad árabe de Bujará, reino de Corasmia, a pesar de que había amanecido hacía pocas horas. El sol se colaba en haces dentro de los pasillos del zoco principal, atravesando el entramado de madera del techo, en tanto los comerciantes armaban sus tiendas y extendían las alfombras con una rapidez y precisión propia de quien ha dominado la rutina durante años.

Un soldado mongol patrullaba por uno de los pasillos, llaman...