Destructo IV, Volveré y seré millones
Capítulo final. La batalla final es solo un paso más. Extiende las alas, Querubín, y conquista la libertad soñada.
Zadekiel se acomodó en el mullido asiento y, cuando percibió la mirada de los presentes sobre ella, torció las puntas de sus alas. Es que era una veintena y nadie parecía darse cuenta de que el sol había salido hacía tiempo sobre el bosque de la reserva ecológica. Se preguntó si debía avisárselos pues estaba al tanto de que había asuntos de extrema urgencia del que debían ocuparse. Aunque, recostándose, se dijo que no quedaba mucho para terminar y un breve rato más no podrían hacer mucho daño. Y pensar que,...