¿El influjo de los anillos Oskarberrutia?

- ¡Más fuerte, hijo de puta! Mira..., mira mi anillo, cabrón... Soy una mujer casada... y me estoy portando como una cerda... Si... estoy casada... soy su mujer, y para ti seré tu puta, como antes. El me hará el amor. Pero sólo tú, sólo tú me follarás. Sólo tú usarás mi culito. A él no se lo he dejado hacer nunca. ¡Es sólo para ti!

"¿El influjo de los anillos Oskarberrutia?"

Supongo que será mi destino. Quién me mandará tener la oficina encima de un gabinete de psicólogos.

Si, ya hace diez años que lo dejamos: bueno, mejor que tú tomaste la sabia decisión de mandarme  a la mierda.

Y razones no te faltaban, para qué decir lo contrario. Es cierto, el tiempo ha pasado y tú... y ¡qué demonios!, y yo también me he hecho viejo.

Más de lo que ya lo era para ti. Por aquellos entonces yo te sacaba catorce años. Era...

En el Madrid de los Austrias

Dedicado a los amantes del vino. Infideldiad en torno a una botella de vino.

"En el Madrid de los Austrias"

Dedicado a un marido "de los Austrias"

"Me gusta tomarme las cosas con calma. Te propongo quedar en un sitio, tranquilo y confortable, tal vez en alguna tasca típica de los Austrias, a tomar un vino. A mi marido le encantan esos bares."

(Extracto de uno de sus mensajes)


  • ¿Una sorpresa? ¿Qué de qué color es tu ropa interior? ...No, ni idea...

- ... granate...

  • ¿Granate?... ¿Color vino?... ¿En serio?

- *Lo es...

Confesiones de un camarero

Su mujer debía estar muy pero que muy enfadada. Se había aprendido de memoria todas las barbaridades que había puesto por internet y prometió hacerlas. (Con fotos reales)

"Confesiones de un camarero" (o Historia de unas bragas casi transparentes)"

Resumen: Su mujer debía estar muy pero que muy enfadada. Se había aprendido de memoria todas las barbaridades que había puesto por internet y prometió hacerlas. (Con fotos reales)


No recuerdo ni dónde ni cómo le conocí. Cualquier certamen supongo. Y ahora le veo bebe que te bebe en la barra del hotel.

  • ¿Y a ése qué le pasa? –le pregunto a mi amigo el camarero.

  • Ya ve usted. Su fanta...

El Heavy

Una pequeña discusión y ella propone un reto, hacerselo con el pr5imero que pase. Un chaval, de unos 20 ó 22 años, un Heavy melenudo. Infideldiad consentida.

"El Heavy".

El tema volvió a salir a relucir. Sus preguntas acerca de si de verdad me excitaba saber que otro podía follarla, se iban haciendo más y más directas, más insistentes. Y cada respuesta se iba enfadando más y más claro. Si respondía con la verdad, malo, pero si mentía peor. Pues si no te gusta la respuesta, no preguntes pensaba yo. Y ya lo estar yo delante, era el no va más. Dijo que no me entendía. Como fantasía la gustaba que la contara cosas, pero si lo pensaba en serio no lo gusta...

Tú escoges la ropa, yo el menú. Tu mujer es el pos

Una cena en un restarurante. Tu, tu mujer y yo. ¿Qué dirá la señora de la mesa de al lado?

Tú escoges la ropa, yo el menú. Tu mujer es el postre

Te espero en el restaurante. Te doy la dirección media hora antes. La "Creu Alta". Como el estadio de no sé qué equipo de futbol, me dices. Ni te contesto, sabes que no me gusta el futbol.

Como siempre puntual. Educado la cedes el paso al entrar. Deliciosa. Poco maquillada. Discreta. Preciosos pendientes. Con su traje chaqueta.

Ya apareció, por fin, ya está aquí, pienso para mis adentros.

Una blusa camisera, de crepe negro c...

Rebajas de Enero

Nos vamos de compras, tu, tu mujer y yo. Unos grandes almacenes. ¿Un probador de ropa?

REBAJAS DE ENERO

Extraño, curiosa forma de conocernos. Sé que ella no sabe nada.

" Confía en mí, tengo que hacerlo ", le dices. Sólo eso, esa son todas tus explicaciones. Ella no pegunta pero no dejará de pensarlo seguro, pensará "qué habrás hecho; en qué jaleo te habrás metido"

Me la presentas.

Me mira mal, no violenta, pero sí con cierta desconfianza. -¿casi desagrado?- No lo oculta, no quiere ocultarlo, quiere dejar bien claro que no lo hace por gusto, que lo hace por ti...

Eso no era lo acordado

Resumen: Cuento navideño, narrado en primera persona desde su sillón favorito, en el que se cuenta cómo se disfruta tanto, cómo se sufre al ver cumplida su fantasía. Dedicado al carpintero que construyó el sillón y que además tuvo la amabilidad de colaborar con su sueño erótico.

Eso no era lo acordado.

Resumen: Cuento navideño, narrado en primera persona desde su sillón favorito, en el que se cuenta cómo se disfruta tanto, cómo se sufre al ver cumplida su fantasía.

Dedicado al carpintero que construyó el sillón y que además tuvo la amabilidad de colaborar con su sueño erótico.


Está todo previsto. Es mi fantasía. Desnúdame. Sé que me atarás a una silla. Frente al sofá. Desde allí lo veré todo. Es lo acordado.

Entra en la habitación. Aun e...

Violetas imperiales

Sé que a ella le gustaría contárselo a su marido, que jugara, que participara del juego... pero...

Violetas imperiales

No protesta cuando cierra la puerta con llave. La levanta de la silla. Le mira el escote, agarra las solapas de la blusa y lentamente las abre. Se recrea con cada botón que suelta. Se ha puesto para él ropa interior violeta. Como el primer día. Como la letra del primer correo. Ni se fija. Se limita a meter las manos dentro de las copas del sostén y a sacar sus pechos. No dice nada. Retuerce los dos pezones al tiempo. Quiere que se encabriten.

Luego la sujeta por los homb...

Dedicatoria

Para un cornudo que soñaba con que a su mujer la follara un masajista.

Dedicatoria

Para un cornudo que soñaba con que a su mujer la follara un masajista

Te arrastro contra la pared, como si te cacheara, como si fuera un policía que te va a registrar. Apoyas las palmas de las manos. El cuerpo hacia atrás. La cabeza entre los brazos. Las piernas algo separadas. El pelo cae tapándote la cara. Flexiono tu tronco unos cuarenta y cinco grados. Ni mucho ni poco.

Sólo te rozo dibujando tu contorno con las yemas de los dedos. Blusa. Falda. Fuera bolso. Fuer...

El corneador de puertas

Joder cualquiera diría que este es el tío celoso que hasta no hace mucho según él, tenía tales ataques de celos, que corneaba hasta las puertas... Y solo porque creyó que se carteaba por e mail con un locutor de radio.

El Corneador de Puertas.

Está sentada en el sofá del salón. Tal y como acordamos. Perfecto. Con los muslos juntos y las manos sobre las rodillas. Esa postura tan recatadita. Fantástico.

No me mira bien. Me parece normal. Lógico. Pero está dispuesta. Me lo confirma su cara de mala leche. Esas miradas asesinas.

No has mentido en nada. Clase media acomodada. Casi alta diría. Buen gusto en la decoración. Sobria. Elegante. Muebles y objetos de calidad.

Entre lo que me habías contado...