Los pervertidos de Anabel (3)

La historia parece realmente monstruosa pero Johnny nos habla de otros casos reales que hacen parecer la historia del pajarito cantor un juego de niños.

LOS PERVERTIDOS DE ANABEL III

"Te confieso Johnny que lo pasé muy bien aquella noche. Zoilín me trabajó bien con los dedos. Era una lástima porque si ponía el bigote no le llegaba la boca. Me hacía muchas cosquillas. Era agradable jugar con su cosita aunque no logré que me pasara de los labios. Solo la vez que le unté la pilila logré notar su presencia dentro. Era como una hormiguita juguetona y agradable. Se sirvió una copa y se puso enseguida contento. No soportaba muy bien el licor. Me estuvo...

Diario de un gigolo (28)

Entre las anécdotas del aristócrata de los caballos y el brutal Pichabrava Lily va entreteniendo a Johnny.

DIARIO DE UN GIGOLÓ XXVIII

El semental la monta como un auténtico loco. He visto algunos que podrían haber matado a coces a la yegua sino estuvieran muy controlados. ¡No me mires así,Johnny!. Es la naturaleza en estado puro. Mi aristócrata utilizaba la inseminación artificial para evitar que sus yeguas de cría resultaran dañadas. Pero para excitarse él tenía caballos y yeguas especiales, no de pura sangre pero bellos ejemplares. En algún caso utilizó un semental, un caballo de carreras a punto d...

Nerea (1)

Nerea fue una tormenta tropical en la vida de Johnny. Pasó por su vida dejando tan solo una huella en una cinta de video.

CIEN MUJERES EN LA VIDA DE UN GIGOLÓ

RETRATOS DE MUJER DESNUDA SOBRE LECHO DE ROSAS

NEREA

Era una jovencita de unos veintidós años. Yo tenía entonces uno menos y llevaba algún tiempo en la universidad intentando terminar la carrera de psicología. Me apasionaba la conducta humana y deseaba conocer hasta el último tornillo y la última tuerca del engranaje que mueve al bípedo sin plumas. Pero aún me apasionaba más el mundo femenino. Así pues vacilaba entre la condena a galeras -el codo e...

Nerea (2)

Su lenguita, buscando en el aire un moscardón, traicionaba su pose de mujer fatal.

Nerea me contó que tras de sí había dejado a un jovencito intelectualoide y muy enamorado de su figura. Era un buen chico, sabía de casi todo, buen conversador, paciente y hasta con sentido del humor, pero demasiado gordito para su gusto y pesado, muy pesado. No desaprovechaba ocasión de proponerle matrimonio y cuando ella se burlaba diciéndo que lo hacía por su dinero, él prometía firmar un documento renunciando a la herencia de Nerea y no casarse nunca. Lo único que le importaba era que vivieran jun...

Nerea (y 3)

La historia de Nerea termina de forma esperpéntica. Dado su peculiar carácter no podía ser de otra manera.

NEREA Y III

Nerea manipuló detrás del televisor, echufó cables y al fin todo estuvo dispuesto. Los dos estábamos desnudos en medio del salón, con toda naturalidad. Yo había llevado el trípode con la cámara y estaba ya resignado a que el asado llegaría alguna vez, porque todo llega en la vida. Esa ha sido siempre mi filosofía. Unas veces me ha fallado y otras no. No es bueno tener prisa. Por mucho que corras acabarás llegando a tu meta o puede que no llegues nunca y entonces para qué correr. Lo ú...

Diario de un gigolo (27)

Lily se entretiene hablando de Marta y no deja que Johnny la vea en un video con Pichabraba. A Lily le gusta contarle viejas historias.

DIARIO DE UN GIGOLÓ XXVII

Estábamos sentados en el amplio y mullido sofá de la habitación de Lily, tapizado en rojo y a la luz de una lámpara de pie que era una auténtica joya del arte erótico. Una Venus intentaba taparse con sus blancas manos el gran triángulo púbico que el artista había resaltado con un matojo de pelos digno de la selva amazónica. Sus manos parecían haberse quedado en el aire dudando ante semejante falta de buen gusto.

Yo iba cogiendo gustillo a la desnudez. Es cómoda, ay...

Los pervertidos de Anabel (2)

Zoilín es un caso aparte, sus aventuras nos darán diversión por un tiempo. Anabel sigue contando.

PERVERTIDOS DE ANABEL II

EL PAJARITO CANTOR II

Zoilín, cogido por la pililita, se transformó en un auténtico exclavo de Lily. Por lo visto hizo para ella cosas que solo Gervasio, el viejo amante y ahora jefe de matones de mi cada vez más sorprendente celestina, aceptó ejecutar, aunque de otro calibre, ustedes me entienden. Sentía tal debilidad por Anabel que le contaba los más mezquinos secretos de su miserable vida. Creo que mi dulce Ani era la mujer mejor informada del país sobre las inti...

Los pervertidos de Anabel (1)

Anabel le contó a Johnny muchas historias sabrosas que él narra con su peculiar estilo. Los buenos cuentistas fueron primero buenos oyentes de cuentos.

LOS PERVERTIDOS DE ANABEL

I

EL PAJARITO CANTOR

Anabel es mi mejor amiga. No quiero decir con ello que entre nosotros no haya sexo, que lo hay y del bueno, sino que nos sentimos así, amigos que pueden charlar durante horas, preparar una buena cena para invitar al otro o simplemente ir al cine o pasear por un parque. No tengo muchos amigos, más bien pocos. Un gigoló no nace precisamente para la amistad. Le ordeñan el sexo y si te he visto no me acuerdo. Claro que mi caso es un poco espe...

Diario de un gigolo (26)

Johnny va a la escuela, clases de penetración anal. Con el tiempo llegará él a dar clases en una escuela sexológica en Paris. El video ayuda mucho.

DIARIO DE UN GIGOLÓ XXVI

CLASES DE PENETRACION ANAL

Con el tiempo iría descubriendo más y más facetas del negocio de Lily. Algunas oscuras aunque ciertos terrenos, especialmente desagradables y amorales, que me hubieran alejado de ella, no los tocó nunca, tal vez porque su sentido elemental de respeto hacia el ser humano, a pesar de que su negocio difuminaba estos límites, la alejó de la degradación infernal a que llegan ciertos negociantes del sexo. Lily comenzó su negocio como una madame...

Venus de fuego (04)

Dicen que la risa va por barrios pero hay risas y risas.

VENUS DE FUEGO IV

Yo acabé antes de reírme que ella, se me contrajeron los músculos de la cara por el dolor que sentía bajo el hielo. Venus continuó riéndose un buen rato. Las carcajadas se fueron atenuando hasta casi desaparecer. Entonces se acercó, tumbándose en la cama a mi lado. Puso su mano derecha sobre la bolsa de hielo y notó que los cubitos casi se habían desecho. Tuvo la amabilidad de acercarse a la cocina y volver a llenar la bolsa con el preciado tesoro. Al colocar el remedio sobre m...