El culo de Doña Felisa

La historia de cómo perforé el culo de Doña Felisa, mi tía

El culo de doña Felisa, la jaca más apetecible del pueblo, siempre me había puesto la polla bien dura. Desde adolescente había protagonizado mis más calenturientas fantasías onanistas. La imaginación es libre, y en mis sueños, le reventaba el pandero a pollazos y le dejaba la cara y las tetas bien llenas de leche. Leche que ella sumisamente agradecía, pidiendo más y más...

Pero no eran más que eso, fantasías. Había varias razones de dificultaban que mis mórbidos sueños se hiciesen realidad. En primer...

La historia de Pepi. 1

Pepi, un ama de casa de 56 años, felizmente casada, asiste al derrumbe de su mundo y acaba sumida en un frenesí de lujuria arrastrada por un amigo de su hijo.

Nuestra historia se inicia en una finca de inquilinos de renta antigua. Un bloque de cuatro plantas en las afueras de una ciudad de provincias. En el mayor piso del inmueble, en la primera planta, vivía el propietario, el señor Sánchez. El resto del edificio estaba ocupado por un grupo heterogéneo de inquilinos que pagaban un alquiler muy bajo, que resultaba, en ocasiones, casi simbólico. El propietario era un viudo ya mayor, generoso, y con un carácter apacible y bonachón, que nunca insistía demasiado en l...

La historia de Pepi. 2 (y último)

El final de la historia

Finalmente llegó el día y Pablo quedó con Andrés para montarse un trío con la que él llamaba su “ guarrilla ”. Quedaron un día entre semana por la mañana en un buen hotel de la zona. Andrés le preguntó a Pablo por qué no quedaban directamente en el piso de la guarra si su cornudo trabajaba por las mañanas, y así se ahorraban la pasta del hotel. Pablo solventó el asunto con un tajante: “ Ahora no te lo puedo contar, pero tranquilo que al picadero invito yo... ” Y, como suele decirse aquello de “ *...

Cuadra de putas 12

Después del incidente de la tía Fina, las aguas vuelven a su cauce y el negocio de La Parroquia y su cuadra de putas coge velocidad de crucero.

Gran parte de los fichajes de guarras para la cuadra de putas de La Parroquia nos los traían los propios clientes. La gran mayoría de ellos, en realidad, el público para el que estaba orientado el local, eran jóvenes de menos de treinta años que andaban deseosos de follarse a jamonas maduras, auténticas Milfs  que les recordaban a alguna tía maciza, una vecina espléndida o, por qué no decirlo, a sus propias madres, en muchos de los casos. Algunos de los clientes, especialmente morbosos, ya habían iniciado s...

CUADRA DE PUTAS 13 (y último)

El final de la historia. Cómo le va a cada uno de los personajes

Volviendo al capítulo uno.

Aquí estoy en el sofá de mi cuarto, frente a la televisión, mientras me huelo el dedo, recién sacado del culo de mamá y me toco la polla que la zorra acaba de mamarme y todavía está dura. Mi padre, en el pasillo de al lado, golpea la puerta del baño, donde la putilla se está acicalando. El viejo le grita que se dé prisa, que tienen que salir. Ahora lo tenemos full time en casa, se rompió el menisco y está de baja. Y la cosa va para largo, porque la rehabilitación, con l...

Cuadra de putas 11

El yerno de la tía Fina se aprovecha de ella...

Tres meses después, ya tenía a todas las zorras trabajando a pleno rendimiento en “La Parroquia”, como habíamos bautizado al Puti Club. Bueno, como lo había bautizado mi madre, la zorra mayor del reino, ja, ja.

El grupo de putillas se había ampliado, luego os contaré las nuevas incorporaciones, pero la que se estaba comportando como una campeona del puterío y que nos tenía a todos sorprendidos era la tía Fina. Era tan entusiasta que hasta se llevaba clientes a casa en sus ratos libres. Total, lo que o...

Cuadra de putas 10

El emputecimiento de la tía Fina. Una tarea gratificante.

El emputecimiento de la tía Fina fue bastante heavy , porque además de ser una zorra de tomo y lomo, pasaba literalmente de todo y le importaba una mierda lo que pudiese pensar o hacer el cornudo de su marido, el entrañable y pusilánime tío Blas.

Según mi madre ella siempre había sido una cabra loca, sobre todo en su juventud, y si no lo había manifestado antes, fue porque sus padres la tenían controladísima. Se casó muy joven con el tío Blas, un  hombrecillo apacible al que ella trataba como una...

Cuadra de putas 9

La boda de mi prima. Un nuevo fichaje, mi tía Fina, la hermana de mamá. Una furcia vocacional de campeonato.

A la boda de mi prima fuimos con los dos coches. Mi padre, justo después del banquete tenía que salir para Zaragoza, donde iba a trabajar las siguientes semanas y se llevaba su coche. Nosotros nos quedábamos a pasar la noche en el Hotel Restaurante donde se hacía la celebración y volveríamos a casa a la mañana siguiente con el coche de mi madre.

Así que, entre la guarra y yo, engatusamos al cornudo para que el fuese solo con su coche mientras yo llevaba a mamá en el otro.

De ese modo tuvimos un...

Cuadra de putas 7

Una nueva época comienza. Dos guarras trabajando para mí. La historia de Óscar y su suegra. Las andanzas de mamá y yo, poniendo los cuernos a mi padre

Durante las siguientes semanas puse a trabajar a Fátima y a mamá. Y lo hice en lo que mejor se les daba, es decir: como putas. Eran putas vocacionales y con talento para el asunto, lo cual es perfecto para ejercer una profesión.

Con Fátima no resultó complicado, porque ya tenía una cartera de clientes y me límite a anunciarla por algunas páginas guarras de internet y a racionalizar su rendimiento, por así decirlo. Le explique al Moja de qué iba su santa madre y, obviamente, decidió colaborar en su emp...

Cuadra de putas 8

Rodando un vídeo de promoción del negocio

Dos meses después, tras unos cuantos litros de leche derramada, mi pequeño negocio iba viento en popa. Tenía a mis dos guarras (mi madre y la Fátima) trabajando a pleno rendimiento y vivía como un señor aprovechándome del sudor de sus respectivos coños.

El Moja se había convertido en un fiel ayudante y se encargaba de controlar el rendimiento de su madre, a la que había comenzado a follarse con asiduidad, para alegría de ambos. Fátima continuaba con sus antiguos clientes y con algunos nuevos que yo le...