Manipulando a una madre

Un amigo de la infancia y yo tramamos un plan para beneficiarnos a mi madre. Y funciona

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En el pueblo lo único que tenemos es la fábrica de conservas. Todo, más o menos, depende de ella: las tiendas, los bares, la gente… todo. Y ese es nuestro horizonte. Trabajar allí o largarnos. Yo tuve suerte. Gracias a mis padres, y a que era amigo de la  infancia del hijo del dueño, logré entrar a trabajar allí cuando terminé los estudios. Y allí sigo.

Me presentaré. Me llamo Ángel y tengo 26 años. Como ya dije trabajo en la fábrica. En el almacén. No se gana mucho, pero es lo que hay. Afortu...

La Reme, de beata a choni, 7 (y último)

La boda y la conclusión de la historia, con su final feliz y todo (por así decirlo…)

LA REME, DE BEATA A CHONI, 7

De la boda en sí no hay gran cosa que contar. Afortunadamente, mis dos guarrillas dejaron aparte sus disputas por un rato. Mi madre, saciada de polla desde la noche anterior, estaba tranquila y orgullosa de saber que todavía podía ponerme la tranca como una piedra. Y la Reme se limitaba a contar las horas antes de que su consuegra desapareciese del escenario y ella volviese a ocupar el lugar primordial que por derecho creía que le pertenecía: el de mujer de la limpieza con...

La Reme, de beata a choni, 6

Recibo a mis padres en el aeropuerto. Mi madre está espectacular y, en recuerdo de los viejos tiempos, echamos un polvo esa noche.

LA REME, DE BEATA A CHONI, 6

(Nota: contiene Amor Filial)

Vi llegar a mis padres antes de que ellos me viesen a mí, y así pude recrearme en la imagen de la jamona de mi madre que vestía un ajustado traje chaqueta, algo juvenil para su edad, marcando sus formas. Hacía tiempo que no la veía, unos dos años, creo, y la encontré cambiada, pero seguía estando bien buena. Parece que las raciones de polla a las que la tenía acostumbrada mi antiguo amigo Paco la mantenían cada vez más juvenil. Sólo algun...

La Reme, de beata a choni, 5

La cosa se complica. Carolina, la hija de Reme y Gustavo vuelve a casa tras terminar el máster. Nos gustamos, salimos y decidimos casarnos

LA REME, DE BEATA A CHONI, 5

Las semanas siguientes transcurrieron, más o menos, en la misma tesitura. La Reme cada vez estaba más suelta y pendona, Gustavo había aprendido a hacer, no ya la vista gorda, si no lo siguiente y asistía impávido al despliegue de vestuario de furcia con que le deleitaba su entrañable esposa cada vez que salía de casa. Ni siquiera osaba preguntar cómo es que se vestía de esa forma cuando se supone que acudía a limpiar mi casa. Al menos el hombre tenía la prudencia de evitar...

La Reme, de beata a choni, 3

Celebramos el aumento de tetas de la Reme con un polvazo, a pesar de la inesperada interrupción del cornudo.

LA REME, DE BEATA A CHONI 3

El ascenso me obligó a hacer un curso con prácticas de tres meses en la sede central de la empresa. Después, volvería a la sucursal con el nuevo cargo en el bolsillo y un aumento de sueldo. Así que decidí hacerme un buen regalo para el retorno.

Como ya he dicho, una de las principales virtudes físicas de la Reme era su tetamen, pero, claro, la edad no perdona y el volumen mamario, unido a la fuerza de la gravedad, ensombrecía algo su figura cuando la tenía despelotada...

La Reme, de beata a choni, 4

La Reme acude con su esposo a la fiesta de Navidad de la sucursal y volvemos a disfrutar a escondidas del personal

LA REME, DE BEATA A CHONI 4

Después del tremendo recibimiento de la Reme y del genial estreno de sus enormes tetorras, volvimos a retomar lo nuestro por donde lo habíamos dejado. Pero con más ganas.

La Reme había llegado a ser la perfecta choni. Más o menos el tipo de guarra en el que aspiraba convertirla desde el primer día que la vi. Recordaba perfectamente el momento, allí en el descansillo de la escalera, flanqueada por el gilipollas de su esposo, luciendo ese cuerpo de jamona beata, embutid...

La Reme, de beata a choni, 2

Continúan mis andanzas con la Reme. La convierto en mi amante oficial y, juntos, hacemos crecer la cornamenta de su marido

LA REME, DE BEATA A CHONI 2

Gustavo, al día siguiente, me preguntó si estaba contento con el trabajo de la Reme. Mi respuesta creo que le satisfizo plenamente:

-Gustavo, la Reme, es la mejor mujer de la limpieza que he tenido. Cuídala por mucho tiempo y procura que no falte a sus deberes. De momento ya sabes que tiene que venir cada día hasta que tenga la casa como los chorros del oro. –“ y mi polla también ”, pensé. – Después ya vendrá tres días por semana o algo así. ¿Te parece bien?

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La Reme, de beata a choni, 1

Cambio de ciudad y de trabajo y le echo el ojo a Reme, una madura jamona que es la mujer de mi subordinado en la empresa.

LA REME, DE BEATA A CHONI 1

Me llamo Javi y esta es mi historia. Hace un par de años estuve pasando una época desastrosa. Me separé de mi mujer, en realidad me echó de casa por sospechas (fundadas) de que le ponía los cuernos. Tuve que volver a instalarme en casa de mis padres.

Con mi padre no tenía mala relación, pero con mi madre la cosa era distinta. Nunca nos habíamos llevado bien y los meses que pasé allí comenzaron con muy mal pie para ambos, aunque al final la situación se recondujo. No d...

Una madre sometida, 2 (y último)

Javi continúa usando a su madre, y ella se deja...

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A partir de entonces, las jornadas se sucedieron monótonamente. Todas las noches, tras haber salido mi marido para la fábrica, preparaba la cena y, tras ducharme y perfumarme, me maquillaba y me vestía como una especie de criada puta, tal y como mi hijo me había indicado, para esperarle.

A pesar de la vergüenza y la humillación que sentía, mi coño húmedo se encargaba de recordarme que ahora me había convertido en una esclava de su polla y todos mis sentidos se dedicaban a complacer su duro rab...

Una madre sometida, 1

Tras separarse, Javi, vuelve a casa de sus padres. La tensión, sobre todo con su madre, se hace insostenible y acaba teniendo un sorprendente desenlace.

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A veces me miró en el espejo y veo mis ojos tristes, llorosos y me preguntó cómo he llegado a esta situación, cómo he podido acabar así.

Después de haber soportado mil y una humillaciones, de haber dado todo lo que una mujer le puede dar a un hombre, ahora, la imagen que se refleja no es más que la de una mujer madura, todavía deseable, pero con la dignidad bajo mínimos y que está dispuesta a cualquier cosa para recuperar el amor de su macho. A una mujer dispuesta a todo para volver a sentir e...