Un traje, por favor.

Que pasa si un chaval vestido de heavy va a comprarse un traje? Y si esta macizo y el dependiente busca guerra?

La gran oportunidad me había llegado. Tras dos años trabajando en una empresa de software y después de varios proyectos emprendidos en solitario con gran repercusión me llego la oferta de un head-hunter. Se trataba de una gran empresa multinacional y el puesto era muy cercano a la dirección. Querían alguien joven con ideas nuevas. Y ese era yo.

Tras un par de entrevistas quede maravillado con lo que me ofrecían: coche de empresa, un sueldazo y una serie de beneficios que ni había soñado. En definitiva...

Sinergias

En una fusión de empresas hay que buscar sinergias. Y mas si te encuentras frente a frente con...

Sinergia.

Esa era la palabra de moda en nuestra empresa tras la fusión con otra empresa del sector (mas bien absorción por su parte). Diariamente se emitían comunicados a los empleados en los que esta palabrita no podía faltar, y a veces en varios párrafos. Todos deberíamos poner de nuestra parte para que la fusión fuera como la seda y aprovechar las sinergias del resultado.

Básicamente, lo que venía a decir es que dejásemos que vampirizasen nuestra base de clientes y nuestro know-how y a cambio...

La obra de teatro (1)

Querer ser un gran actor puede trastocar algunos de tus límites. Pero, todo sea por la fama.

De siempre me ha gustado bastante la interpretación. Ya desde pequeño participaba en todos los teatros del colegio.

Cuando entré en la universidad tuve la suerte que hubiera un grupo de teatro consolidado y de cierto nivel al que, sin dudarlo, me apunté desde el primer día. El objetivo de dicho grupo era sacar una obra por curso y en mi primer año sólo tuve un pequeño papel secundario pero que para mi fue como protagonizar el último éxito de los Oscars.

El siguiente curso más de lo mismo, aunque...

Un golpe... de suerte (parte 2)

La convivencia de Tomás con Isabel se estabiliza.

Una melodia estridente se oyó en la habitacion. Isabel, que aún dormitaba, reconoció esa melodia como la de su móvil, distinta a la que tenía preasignada a sus contactos personales. Estaba claro que se trataba de un cliente, o quizas una "irresistible" oferta para que se cambiase a alguna compañía de móviles. Al moverse para coger el teléfono notó un pinchazo en su pierna que la hizo desistir de moverse rápidamente aunque alargando el brazo trataba de coger su bolso para ver de qué se trataba.

Insiste...

Un golpe... de suerte

Lo que podía haber sido algo trágico, terminó convirtiéndose en una agradable sorpresa.

  • Que te digo que no, Ignacio, no podemos permitirnos eso.

  • Piénsalo! es una oportunidad -se oía al otro lado del teléfono.

Tomás e Ignacio eran socios y ambos tenían un despacho de abogados. Si bien Ignacio era brillante, Tomás era el que desde siempre había asumido el control financiero.

Las cosas les iban muy bien, y el despacho que tenían desde que juntos se licenciaron ya se les quedaba pequeño y no estaba situado lo suficientemente bien como para la clientela a la que aspiraban.

...

Un golpe... de suerte (tercera y última parte)

Ignacio, el socio de Tomás, entra en el juego.

  • Joder, Tomasito, como tienes esto. Menudo lío!

  • Ufff, ya ves, he llegado cansado y despues de comer algo me quedé dormido.

  • Bueno... y cuéntame! Que es lo que te paso ayer con el coche?

  • Joder... si. No me di cuenta y pille a una tia.

  • Y está bien?

  • Si, si... parece recuperada. De hecho esta tarde he salido del despacho para llevarla a un traumatólogo. Sabes? quiero evitar una denuncia a toda costa.

  • Ya bueno... pero tendra que faltar a su trabajo y eso, no? Vamos...

El cazador cazado

O cómo ir por lana y salir trasquilado.

Hacía dos meses que habia roto con mi novia. El motivo fué, ni mas ni menos que un desencuentro sexual. Realmente la relación emocional estaba prácticamente muerta y solo el sexo frecuente nos mantenía unidos.

Pero, intentando ir mas allá de las experiencias que habitualmente teníamos, yo llevaba tiempo intentando probar el sexo anal pero ella de ningún modo estaba dispuesta a dejarse penetrar. En alguna ocasión me había espetado que si quería sexo anal tendría que ser en mi propio ano, a lo que yo me...

La heredera (y 5)

Ultimo capitulo de esta serie en la que mi jefa, la hija de los dueños de mi empresa, me hizo descubrir un apasionante mundo y terminé en su casa haciendo el papel de su mujercita.

  • Esto lo has preparado tu? -pregunté a Pepa- Esta buenisimo.

  • No, a mi lo de cocinar como que no. Es de un catering y me lo han traido mientras estabas poniendote tan guapa.

La verdad es que la comida a base de platos frios estaba realmente buena.

  • Sabes? me siento muy orgullosa de tu aspecto -dijo Pepa interrumpiendo la conversación sobre comida.

  • Es cierto, la verdad es que es sorprendente lo cambiado, ¿o debería decir cambiada? que estoy -contesté.

  • Cambiada! -apostilló...

La Heredera (4)

Esta historia es continuación de las tres anteriores del mismo titulo. A modo de resumen decir que me lie con la hija del dueño de le empresa que resulto tener una sorpresa entre sus piernas.

Esta historia es continuación de las tres anteriores del mismo titulo. A modo de resumen decir que me lie con la hija del dueño de le empresa que resulto tener una sorpresa entre sus piernas.

El martes, como cada dia, a las 8:30 en punto estaba en la oficina. Tambien, como casi siempre, sobre esa misma hora Pepa entraba en la oficina. Paso por mi lado dando los buenos dias en un tono mas bien seco, pero nada distinto al resto de la gente. Mi impresion era de que estaba enfadada. Esperaba que no fuera...

La Heredera (3)

Si habéis leí­do los relatos anteriores sabréis que tras una fiesta de la empresa me lié con la hija del director y ya en su cama me enteré de que tení­a una sorpresa entre las piernas. Tras pasar parte del fin de semana con ella llegaba el lunes y nos verí­amos en el trabajo.

Si habéis leí­do los relatos anteriores sabréis que tras una fiesta de la empresa me lié con la hija del director y ya en su cama me enteré de que tení­a una sorpresa entre las piernas. Tras pasar parte del fin de semana con ella llegaba el lunes y nos verí­amos en el trabajo.

Era domingo por la noche y recibí­ un SMS de Pepa en el móvil: "Recuerda que Marta y Laura nos vieron irnos juntos. No digas nada en el trabajo". Era cierto... habí­a un cabo suelto así­ que llamé a Pepa al número personal que m...