Amor de hijo, amor furtivo.

Vuelven Luis y Lorena con nuevas y calientes aventuras. Juan llega a casa y tienen que esquivarlo para poder tener su amor. La presencia de una chica altera la "tranquilidad" incestuosa que allí habita.

Amor de hijo, amor furtivo.

Después de aquella tarde con Cristina y Jorge, Lorena y Luis eran más que madre e hijo, se habían convertido en una pareja atípica de amantes. Mantenían una vida normal fuera de su casa, pero de puerta para adentro se convertían en un hombre y una mujer que se amaban por encima de todo. Dormían juntos y tenían todo el sexo que necesitaban. Luis había descubierto el sexo con su madre y, dada su juventud, quería estar todo el día amándola. Ella tenía que frenarlo casi tod...

Ayudando a mi sobrino II. Así es Darío.

Tía y sobrino continúan con su relación que ha cambiado desde la noche anterior. Ya no es sólo su niño, ahora es también su hombre. ¿Sabremos cuál es el problema de Darío?

Ayudando a mi sobrino II.

Me llamo Darío. Tengo diecinueve años. Mis padres se divorciaron hace diez y mi madre se casó con otro hombre hará unos cinco años, ni recuerdo cuanto tiempo hace. La verdad es que ellos se preocupan por mí, pero tengo un problema inconfesable que hace que no soporte verlos juntos. Además, el nacimiento de mi hermana agravó mi situación.

Ayer no lo pude soportar más. Iba a estallar en mi casa, junto a mi madre, mi padrastro y mi hermana, así que decidí escaparme de...

Ayudando a mi sobrino. Así es Sofía.

Dedicado a Sofía, la mujer que me inspira a escribir relatos. Ella descubre que su monótona vida matrimonial puede cambiar por los problemas de su sobrino.

Ayudando a mi sobrino.

Me llamo Sofía, ya estoy cerca de los cuarenta años, pero mi espíritu se ha rejuvenecido después de lo que me ocurrió con mi sobrino Darío. Él es un chico de diecinueve años, alto, guapo y con un cuerpo que día a día muestra que va a ser un hombre apuesto y musculoso. Aún mantiene la dulzura y la inocencia en su mirada, en esos ojos verdes tan bonitos que heredó de su madre, la hermana de mi marido. Mis cuñados se separaron hace ya diez años. Ella tuvo que criar sola a su hi...

Amistades peligrosas 5. Final.

Llegamos al final del recorrido de estos personajes. Espero que os guste.

Sentimientos profundos.

Los días de aquel agosto pasaban poco a poco. A Laura y Juan no les afectaba las noches de lujuria y pasión que vivían sus amigos, Estefanía y Jorge, bien solos o con compañía. Ellos se amaban, más allá de las fronteras morales que una madre y su hijo nunca deben sobrepasar. Es verdad que muchas veces se excitaban escuchando o espiando a sus amigos, pero ellos estaban disfrutando de sus sentimientos, contenidos durante algún tiempo, y que allí y ahora podían liberar totalme...

Amistades peligrosas 4.

Madre e hijo disfrutan del amor y se excitan con el sexo de sus amigos.

El pilar del amor.

Laura despertó aquella mañana abrazada a su hijo. Por la noche, tras su primer momento de sexo, habían vuelto a su habitación, desnudos y sudorosos. Lo recordaba perfectamente y sentía un gusto especial por ello. Antes de acostarse, los dos entraron en la ducha. Aquel fue el baño más relajante que nunca había tomado. Junto a su hijo, entre besos y caricias, podía sentir el alivio que les daba el agua que caía sobre ellos. No hubo sexo completo, nada de eso, sólo amor y caricias,...

Amistades peligrosas 3.

Por fin se declaran su amor, el hijo a la madre, la madre al hijo.

Aflorando los sentimientos, sucumbiendo al deseo.

Habían pasado varios días desde que Laura y Juan habían compartido aquella masturbación en la ducha. Después de aquello, ella no hizo referencia a nada de lo ocurrido, ni para bueno, ni para malo. Simplemente disfrutaban de su estancia allí, junto a sus amigos.

Estefanía y Jorge eran una pareja demasiado “caliente”. Gracias a la juventud de él, podían tener tres sesiones de sexo al día. Ella era una mujer madura que necesitaba mucho sexo, y s...

Amistades peligrosas 2.

El deseo entre madre e hijo es cada vez más fuerte, ¿conseguirán dominar sus sentimientos y deseos?

Vacaciones para los sentimientos.

Capítulo anterior: Amistades peligrosas. http://www.todorelatos.com/relato/122210/

Laura llegó a su casa y deseaba encontrar allí a su hijo, necesitaba hablar con alguien que la quisiera y le diera apoyo. Sabía que no podía contarle todo lo que le había ocurrido aquella noche, no podía confesarle que había tenido sexo con un joven mientras se imaginaba que era él, su propio hijo, el que la follaba, y que además había gozado con aquella fantasía. Pero sentía que...

Amistades peligrosas.

Una madre y su hijo se desean, saben que no podrán tener el amor del otro, pero el destino y las amistades les darán lo que desean.

Amistades peligrosas.

Laura y Juan eran madre e hijo. Cuando él cumplió los dieciocho años, Laura decidió divorciarse de su marido, había sufrido durante muchos años los abusos de un hombre que apenas la quería, que más bien la utilizaba para un sexo forzado. Después de aquella separación, madre e hijo se marcharon a otra ciudad, a emprender una nueva vida, lejos de todo lo que pudiera recordarle su pasado.

Durante el primer año en que vivían en la nueva ciudad, se forjó una gran amistad ent...

Uniendo a la familia.

Los problemas sexuales entre mis padre, hacen que tenga que intervenir para unirlos de nuevo. Tal vez con sexo se resuelvan los problemas sexuales, aunque sea con un hijo.

Uniendo a la familia.

Hola, me llamo Samuel. La historia que os quiero contar pasó hace ya varios años, cuando yo tenía diecinueve años. Vivía con mis padres, Luisa y Juan. Siempre fuimos una familia feliz. Ellos fueron precoces a la hora de traerme al mundo, pues mi madre tenía veinte años y mi padre veintidós.

Los tres estábamos muy unidos, y por las noches escuchaba lo unidos que llegaban a estar ellos, los gemidos y gruñidos de los dos eran evidentes, aunque me encontrara en la otra punt...

El despertar de un hijo.

Poco a poco, madre e hijo van descubriendo lo que realmente les gusta.

El despertar de un hijo.

Hola, me llamo Enrique y os quiero contar lo que me ocurrió con mi madre, Marta. Aquella locura apenas duró un año, pero fue el tiempo más excitante que he vivido en mi vida.

Todo ocurrió cuando ya tenía los dieciocho años. Estaba en la universidad y pasaba mucho tiempo en la facultad. Mis padres trabajaban, los dos, hacían turnos y muchas veces pasaban largo tiempo sin verse.

Una mañana, creo que era miércoles, acabaron las clases pronto. Sobre las doce llegué...