Mi hijo olvidado 3.

Tener a una abuela madura para follar es genial... ¿Se puede pedir algo más? Creo que sí...

Mi hijo olvidado. Las enseñanzas de la abuela.

[Rocío]

¿Dónde estarán estos? Hace un rato que Pablo se fue, mi suegra fue al momento y Esperanza también se marchó. No sé por qué me siento rara al pensar en ellos. Pablo es un hombre de buen ver... de muy buen ver. Comprendo que desde que llegó, mi hija esté alterada. Es muy joven y el ver un chico tan apuesto como Pablo, es lógico que se le alteren las hormonas. Pero lo que más me mosquea es mi suegra... Sé que a su edad tendrá sus necesidades se...

Mi hijo olvidado 2.

En esta casa todo empieza a complicarse. Los deseos de las mujeres por Pablo le dan una vida de lujuria que irá aprovechando poco a poco... una a una.

Mi hijo olvidado. Hormonas, perversiones y sexo maduro.

[Hija]

Me he despertado con la sensación de tener mi chocho sucio. Después de masturbarme pensando en mi hermano Pablo, me quedé completamente dormida y ni siquiera me limpié. No sé si me excita más el que esté tan bueno o que sea mi hermano. La verdad es que ambas ideas me hacen sentir el deseo de que él sea el primero que me ame. Me ducharé y después iré a desayunar.

¡Hola abuela! - ella está sentada en el salón, esperándonos para i...

Mi hijo olvidado.

Rocío, una mujer madura y felizmente casada, vuelve a encontrarse con el hijo al que tuvo que abandonar veinticinco años antes, cuando sólo tenía meses de vida. La nueva familia de Rocío recibe a su hijo como a ustedes os gusta, con "amor".

Mi hijo olvidado.

Mi nombre es Rocío, tengo cuarenta y tres años. Estoy felizmente casada con mi marido Jorge de cuarenta años, un gran empresario que me ha dado una vida maravillosa y una estupenda hija, Esperanza de dieciséis años. Vivimos en una maravillosa casa, propiedad de mi suegra, Esperanza de sesenta y cinco años, por ella pusimos el nombre a mi hija.

Teníamos una vida maravillosa viviendo los cuatro en aquella casa. Pero todo el mundo tiene un pasado, y mi vida antes de encontrar a Jo...

Mi abuela 4. ¿Amor o sexo? 1/2

Descubrimos que mi madre también necesita "amor", pero es amor o sexo lo que ellas quieren. Para descubrirlo nos vamos a un hotel muy especial en el que descubrimos nuevos amigos.

  • Mi abuela. ¿Amor o sexo?

El calor de la mañana me despertó. Estaba en la cama de mi madre, junto a ella, abrazado. Mi brazo bajo su cabeza, el otro sobre su cintura mientras mi cuerpo estaba pegado al suyo. Mi polla estaba erecta, no por tema sexual, pero apoyado sobre su hermoso culo. Me agité contra ella y la abracé sintiendo su cuerpo, sintiendo su culo en mi sexo.

Espero que esa erección sea por tener ganas de orinar. - dijo mi madre con una voz melosa y me sentí pillado en mis pensamiento...

Dos madres, dos problemas

Cuando tu madre tiene novia, qué harías si las pillas jugando.

Dos madres, dos problemas.

Me llamo Enrique y soy hijo único. Mi madre me crio sola. Ella se llama Marta y es una hermosa mujer. No, no penséis que tiene un cuerpo de modelo. Su cuerpo es proporcionado aunque no es muy alta, su pelo castaño y rizado, sus verdes ojos y esa sonrisa la hacen una mujer muy sensual, deseada por muchos hombres y, en secreto, por su hijo.

Como os digo, hemos estado solos hasta que yo cumplí los dieciséis años. Entonces vino a vivir con nosotros Luisa, amiga de mi m...

Mi abuela 3. Perversiones sexuales.

Mi abuela muestra su lado oscuro en su relación con la familia, mientras descubro lo acogedora que son las mujeres de este pueblo.

Mi abuela.

Perversiones sexuales

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Me desperté en el sofá, era ya tarde, más de las doce. Pensaba en lo que había hecho con mi abuela y con Julia, la madre de Sonia. Me resultaba raro que mi abuela no hubiera

tenido

sexo oral en su relación con mi abuelo, ahora que era vieja aún era guapa y mantenía un buen cuerpo bastante apetecible

, de joven tuvo que ser maravillosa.

Tenía los ojos entre abiertos y vi a mi madre pasar por el salón. No sé si fue la noc...

Mi abuela 2. Una segunda juventud.

Nieto y abuela sigue alimentando su amor, pero un chico joven en un pueblo puede ser devorado por alguna mujer... ¿Engañará a su abuela?

Mi abuela. Una segunda juventud.

-    ¡Venga cariño, levántate! – escuché la voz de mi abuela y sentí su dulce beso en mis labios – Son las seis de la mañana y van a llegar los trabajadores, tienes que irte a tu cama…

-    Un poquito más abuela… - le rogué, pero fue tajante.

-    ¡Vete corriendo o te daré una azotaina! – me dio con la mano en el culo.

Me levanté y me puse mi pantalón del pijama. Salí al pasillo y caminé como un zombi hasta llegar al baño. Liberé la presión en mi...

Mi abuela. El cuidador de verano.

¿Qué pasaría si tuvieras que cuidar de tu anciana abuela de sesenta y ocho años durante todo el verano? Lee lo que me pasó a mí y disfruta.

Mi abuela. El cuidador de verano.

Hola, mi nombre es Ramón. Cuando ocurrió los hechos que os voy a relatar, yo tenía diecinueve años, estudiaba en la universidad y todo en la vida me iba más bien que mal. Pasé el curso detrás de una chica, Carolina, y me costaba bastante conseguirla. No tengo mal físico, pero mi timidez me impedía que consiguiera pedirle una cita, aún más difícil tener una relación sexual con ella... Bueno, con ella o con cualquiera. Muchas veces se han mofado mis amigos más ínt...

Acosando a mi crédula abuela 4. Final.

Mi abuela cree haber sido contagiada con mi "enfermedad". Lola le dice el antídoto. Al final lo confieso todo... ¿Qué me ocurrirá ante el engaño?

Acosando a mi crédula abuela.

Lola se marchó antes de comer a su casa donde la esperaba su marido.

Se fue contenta, no sólo por el polvo que había echado,

la promesa de poder darme “tra

ta

mientos” cuando tuviera algún

ataque le producía una excitación que no recordaba en años.

    • ¡Recuerda nuestro trato! – me susurró al oído mientras su mano acariciaba mi polla.

Mi abuela y yo quedamos solos en casa. Almorzamos y después descansamos en el sofá vien...

Acosando a mi crédula abuela 3.

Mi terrible enfermedad necesita muchos cuidados, mi abuela se desvive por ayudarme.

Acosando a mi crédula abuela.

Aquella última noche mi abuela había pasado de darle placer a su nieto para que se aliviara de su supuesta enfermedad, a buscar el placer propio, se corrió como hacía tiempo frotando su maduro coño contra mi vigorosa polla. Se marchó de mi cama cuando se recuperó del cansancio de su orgasmo y dormí como nunca lo había conseguido.

Durante la semana quise calentarla, no podía hacer que todos los días disfrutará de tener un orgasmo o se aburriría y ya no querría da...