Mamadora virginal

La tímida adolescente aprende a mamar.

Al principio no le gustaba nada. Le desagradaba el sabor de la verga, la sensación de las venas hinchadas y palpitantes, el almizclado olor y la inevitable interferencia de los vellos púbicos y, sobre todo, le asqueaba, casi hasta provocarle arcadas, la repentina llegada del turbio torrente de grumoso semen.

Pero un par de días después se había vuelto adicta: primero fue sorpresa, más tarde morbo y finalmente ardiente excitación lo que sintió al ir descubriendo que durante varios minutos, que el...

¿No que era gay? La bella rubia desvirga a su herm

¿César es gay? Lo decidirá al final dela fiesta, con la ayuda de su hermana y el amante de su hermana (ese soy yo).

¿No que era gay?: la bella rubia desvirga a su hermanito

Por Mompracem

No recuerdo lo que celebrábamos, pero sí que nos reunimos en casa de César, quien además de su fama de gay tenía una hermana guapísima y una casa grande con piscina. Hicimos un asado, bebimos cerveza (yo no me excedí: prefería ver la semidesnudez de mis compañeras) y a las siete de la noche sólo quedábamos César, Erick, Angélica, Laura y yo, que éramos, todos, buenos amigos. Angélica y Laura son primas.

Erick e...

El traficante de esposas

Un osado marino que transporta nobles doncellas de España a las Américas... ¿se conformará con mirarlas?, ¿las tomará por el culo para preservar su virginidad?, ¿llegarán doncellas?

El traficante de esposas

Capítulo 1.

Donde el esforzado capitán don Pablo Guadarrama

y Salazar explica la naturaleza de sus negocios.

En mi tercer viaje entre Bilbao y Veracruz, el más memorable y significativo, llevé un cargamento de preciosas doncellas vascongadas que se casaron por poder, conmigo representando a los respectivos maridos, con los enriquecidos indianos que las habían comprado.

Las seleccioné cuidadosamente: jóvenes, bellas, fuertes, doncellas, d...

Orgía monumental

Mientras veía la escena que se derrallaba bajo las gradas, digna de Sodoma y Gomorra, tres vergas se endurecían a mi disposición.

LA MÁS PUTA DE LA HUELGA

(Este relato es creación de la calenturienta fantasía del autor, así que todo aquel tío salido que quiera cogerse a Aurora, escriba a otro lado, que Aurora no existe fuera de mi mente. Ni Aurora ni nadie del resto del relato, ni la situación: cualquier parecido con la realidad es mera coincidencia).

PREÁMBULO

Me llamo Aurora. A los 18 años me fugué de casa, en una pacata ciudad de provincia, y me vine a la ciudad de México con ganas de comerme al mundo, empez...

La bella señorita Lunes

Mi bellísima amante de los lunes.

Los lunes eran de Helena, una querida amiga que estudiaba la maestría en historia del arte en la Ibero. Tenía 26 años y era una belleza clásica, de larga y ensortijada cabellera azabache, grandes ojos negros que brillaban sobre una blanca cara de barbilla en punta. Su cuerpo era de medidas perfectas y estilizadas y era un poco más alta que yo.

Tres meses antes, saliendo de un evento académico, cenamos juntos y terminamos en el pequeño departamento que entonces rentaba, pero esa es otra historia....

En público de la gente

Después del cachondo baile abrió las píernas apoyada en mi verga...

Mayra

Fiesta en la comuna, dijeron, y una vez más estaba yo ahí, hacia las diez de la noche del sábado, tocando a la puerta de la vieja casona de Calzada de la Viga con las tres caguamas de rigor. Bailé un rato en el gran patio y luego de unas cervezas me acodé en la barra del fondo del patio, oscuro como siempre.

Mientras bebía, observaba a una de las chicas que bailaban, pues su carga energética, su fuerza sexual, me atrajeron poderosamente. Era alta y delgada, de larga melena negra y se...

La reina del barrio

La tímida adolescente empieza a mamar las vergas de los pandilleros más temidos del barrio.

La reina del barrio 1.

Al principio no le gustaba nada. Le desagradaba el sabor de la verga, la sensación de las venas hinchadas y palpitantes, el almizclado olor y la inevitable interferencia de los vellos púbicos y, sobre todo, le asqueaba, casi hasta provocarle arcadas, la repentina llegada del turbio torrente de grumoso semen.

Pero un par de días después se había vuelto adicta: primero fue sorpresa, más tarde morbo y finalmente ardiente excitación lo que sintió al ir descubriendo que d...

La educación sexual de Tania

Con la guía de su experta hermana, Tania descubre durante cuatro días los placeres del sexo, de la mano de dos afortunados jóvenes.

La educación sexual de Tania

  1. Esta historia, como tantas otras que he contado, ocurrió en los locos años de la Facultad y, como en tantas otras también, estuvo enredada mi cachonda amiga-amante Tamara que un día, sin aviso de ninguna especie, nos pidió a Felipe y a mi un favor inesperado y placentero: la educación sexual de Tania, su hermanita.

Tamara, para quien no la recuerde, era una compañera de la Facultad, bisexual y adicta, loca como una cabra, a la que yo habría amado de haber si...

Una Capúa Provinciana (1)

El bravo militar revolucionario regresa a su pueblo natal, solo para ser seducido, corrompido y llevado al séptimo cielo por su amor adolescente

Mañana me fusilan al rayar el alba, la hora de las ejecuciones. Eché enhoramala al padre Juan, mi antiguo maestro, que insistía en prodigarme sus "consuelos espirituales"; platiqué un rato con mi general Rodolfo Fierro y con Adelita, una bellísima joven que acababa de "robarse" de la capital; y me negué a recibir las disculpas de mi general Villa, a quien le dolía fusilarme, según decía, aunque a ello lo obligaba la necesidad de hacer un escarmiento ejemplar y de satisfacer a la opinión pública (en re...

Una Capúa Provinciana (2)

El joven militar olvida sus principios y su pasado para entregarse al placer absoluto en brazos de tres bellas mujeres.

Una Capúa provinciana 2

Sin responder a la proposición de Engracia, le ordené que se fuera y salió, descalza y discreta, por donde había llegado. Me recosté en el sillón y dejé que mi mente y mi cuerpo recordaran, mientras el tabaco se consumía. Sin abrir la puerta, avisé con un grito a mis subordinados que ahí dormiría.

Soñé con ella, soñé una confusión de piernas y pechos, soñé su sexo arropando mi verga, que estaba firme como una roca. Seguía como atontado, alucinado por el placer recib...