Bailando salsa

Del baile al sexo, o de como seducir y llevar al huerto a una bella morena.

La primera parte de la fiesta se fue entre cervezas y charla a gritos con mis nuevos amigos argentinos. Con los uruguayos pegué algunos brincos cuando en las bocinas estalló el Tri, pero en general, visto que dominaban el tecno y sus monocordes punchis-punchis, permanecí a la expectativa, oteando la caza. Porque era noche de caza, porque todo conspiraba a mi favor, empezando por la luna llena de octubre. La argentina de culo poderoso y atractivas ojeras violáceas y la rubia uruguaya de rotundas tetas...

Hija de puta, madre de puta

A punto de cogerme a una adolescente nos interrumpe su puta madre... ¿quieren saber qué pasó?

A los 20 años me fugué temporalmente de casa y me refugié donde mi primo Marcos, que tenía por entonces 27 o 28 y vivía en un cuarto de vecindad en Mixcoac. Marcos se andaba cogiendo a una chava del vecindario, que vivía a un par de calles de su casa, una morra de 21 o 22 años, gatúbela pero buenona, que nunca exhibía en los círculos intelectuales en los que solía rolar, y donde acababa de tronar con su chica, una burguesita deliciosa pero apretada. A los tres o cuatro días de vivir con él, ocurrió e...

Paraíso Escondido

Las aventuras de una chica de primera en el autobús rumbo a la playa y en la playa misma.

PARAÍSO ESCONDIDO, por Aramís.

San Ángel, D. F., 18 de agosto de 2005.

1.

-Me llamo Héctor y soy adicto...

Dijo desde la tribuna, el único chaval que había llegado a gustarme, entre todos los del grupo. Subía pocas veces y hablaba siempre en abstracto, de modo que no había forma de recrear su historia, sin duda dolorosa pues, de otro modo, no estaría ahí, no llevaría casi un año en el programa.

Desde el valle, yo lo veía. Aunque no se daba cuenta, era bastante guapo. Las po...

Asignatura pendiente

Fui perdiendo el contacto con el mundo exterior, engolfándome en el placer carnal, en su cuerpo y su sexo, sus brazos, las uñas que se clavaban en mi espalda, los dientes que mordían mi cuello dejándolo marcado y, cuando empezó a temblar, inicié “el viejo mete-saca”, despacio al principio, con violencia creciente conforme los minutos transcurrían, mezclando mis gemidos con los suyos, sus sudores con los míos... mi semen con su potente chorro de fluidos.

Asignatura pendiente

Once años atrás Margarita era una adolescente esbelta y de estilizados rasgos, de huesos largos y firmes caderas; morena, tímida, introvertida y virgen. Gerardo declaró que estaba loco por ella y los demás le dejamos el campo libre. Tardó seis meses en hacerla su novia y otros seis en desvirgarla. Seis años después se casaron. Juntos se fueron a París a estudiar un posgrado. Él se quedó, ella regresó divorciada.

Algún amigo común me dijo que había vuelto y mi imaginació...

Obsesión

La obsesión de un fauno por una adolescente.

OBSESIÓN

El día que Paola cumplía 18 años se presentó mi última novela en la Feria del Libro del Palacio de Minería. Mientras Carlos Fuentes, Elenita Ponmiatowska y Carlos Monsiváis manían los tópicos de costumbre, mi mirada vagaba en el nutrido auditorio, deteniéndose en las chicas de bonita cara, hasta que descubrí a una, de ojos pícaro, sonrisa sardónica, cuerpo esbelto y elegante atuendo casual, en la séptima u octava fila. A ella dirigí mis palabras cuando llegó mi turno.

-No necesari...

Dos crímenes

No satisfecho con follarse a su prima, una jamona, guapa estilo años cincuenta, nuestro protagonista seduce a su sobrina adolescente.

(Adaptación mas o menos libre de "Dos crímenes", de Jorge Ibargüengoitia –editorial Joaquín Mortiz. Las partes buenas son del magnífico escritor guanajuatense, las malas, mis enlaces y apretadas síntesis).

A nadie le importa en donde nací, ni quienes fueron mis padres, ni cuantos años estudié. Me dicen el negro, nací en un rancho perdido, mi padre fue agrarista y la única de mi familia que llegó a ser rica empezó siendo puta. Estoy jodido.

Me salvé de milagro de caer en garras de la Federal...

El nido del águila (1)

Un escritor rico y famoso espía el desarrollo de una bellísima adolescente, acechando la oportunidad para hacerla su esclava.

El nido del águila

El día que Paola cumplía 18 años se presentó mi última novela en la Feria del Libro del Palacio de Minería. Mientras Carlos Fuentes, Elenita Ponmiatowska y Carlos Monsiváis manían los tópicos de costumbre, mi mirada vagaba en el nutrido auditorio, deteniéndose en las chicas de bonita cara, hasta que descubrí a una, de ojos pícaro, sonrisa sardónica, cuerpo esbelto y elegante atuendo casual, en la séptima u octava fila. A ella dirigí mis palabras cuando llegó mi turno.

-N...

Doce horas de sexo

Tras cogerme a la diosa de mis sueñis y espiar después cómo ella desvirgaba a su hermanito, salí de caza para finalmente, regresar a sus brazos.

Doce horas

Nota del autor: Hace tiempo que tenía este relato en mente, dividido en seis capítulos. Escribí y publiqué el primero que hoy, ligeramente modificado, sigue aquí. Se titulaba antes "Amalia en la piscina". Son nuevecitos, frejcos frejcos, los capítulos 2 y 3. Los capítulos 4 a 6 están a punto, pero si lo subo todo junto quedaría más largo que la cuaresma. Va, sin mas. Si quieren, sáltense el capítulo primero.

  1. La tarde

No recuerdo lo que celebrábamos, pero sí que nos reun...

Elia

Otra alumna.

Conocí a Elia dando un curso en una universidad de provincia. Yo iba dos días, una vez al mes, y a la quinta visita, penúltima, consumé la conquista. Era la más brillante alumna del grupo. Tenía 22 años, y era de mediana estatura, grandes ojos color miel, cara sonriente y pecosa y cabello castaño claro, con tonalidades rojizas. De cuerpo estaba aún mejor: fuertes y blancas piernas que solía enfundar en ajustados jeans o presumir bajo pequeñas minifaldas, un culo alegre de vivir y unos grandes melones...

Empiezo con la hija y acabo con la madre

Y mi primo me ayuda.

A los 20 años me fugué temporalmente de casa y me refugié donde mi primo Marcos, que tenía por entonces 27 o 28 y vivía en un cuarto de vecindad en Mixcoac.

Marcos se andaba cogiendo a una chava del vecindario, que vivía a un par de calles de su casa, una morra de 21 o 22 años, gatúbela pero buenona, que nunca exhibía en los círculos intelectuales en los que solía rolar, y donde acababa de tronar con su chica, una burguesita deliciosa pero apretada.

A los tres o cuatro días de vivir con él,...