Juguetes rotos: Rubén

Cuando Rubén descubre que su relación de pareja no es tan idílica como pensaba decide salir a divertirse y olvidar sus penas, pero lo que no sabe es que le espera la noche mas dificil y decisiva de su vida. Los traumáticos hechos vividos cambiarán su percepción del mundo y sobre todo de sí mismo.

NOTA DEL AUTOR: Determinados pasajes, situaciones o personajes de este brutal relato pueden herir la sensibilidad de algunos/as lectores/as; no es mi intención consciente que esto ocurra, porque yo contemplo esta morbosa redacción mas bien como una historia de aceptación de uno mismo y de superación personal. Lo que sí tengo claro es que, desde luego, en este relato hay mucho sexo, porque es la única manera de narrar unos hechos realmente terribles y desgarradores, pero que en el fondo ayudarán al desdichad...

Salto al vacío

Daniel trabaja como profesor de educación física y lleva una vida apacible que incluye una relación estable con una mujer; de pronto, el mundo que ha conocido comienza a tambalearse cuando conoce a Raúl, un seductor joven de caracter enigmático, y que responde a sus avances con ambiguedad calculada.

Los días son largos y las noches eternas para el que espera en silencio una señal de la persona amada, una señal que no termina de producirse nunca. Esto es lo que pensaban al mismo tiempo sin saberlo tres jóvenes que entrenaban en el mismo gimnasio de un céntrico barrio madrileño. Daniel, Mauro y Gonzalo se conocían de vista pero no habían hablado nunca hasta días antes de que España consiguiera ganar el Mundial de fútbol en julio de 2010. Sin duda influyó en la formación de su incipiente amistad la compar...

Juguetes rotos: Jorge

Jorge es un chaval muy guapo que trabaja como relaciones públicas de una afamada discoteca. Una noche de verano sufre un desagradable incidente que le marcará de ahí en adelante, y modificará tanto su visión de sí mismo y su autoestima como sus ideas preconcebidas sobre la sexualidad y sus límites.

Jorge se sabía un tío envidiado por todo el mundo. Los hombres admiraban su físico impactante, su armónico rostro meridional de aspecto viril, su cuerpo escultural mimado por la naturaleza y potenciado hasta el infinito gracias a largas y tediosas sesiones de entrenamiento en los gimnasios más prestigiosos de Madrid; las mujeres le admiraban por todo lo anterior, y porque en sus fantasías sentimentales se les presentaba como el amante perfecto, con ese aspecto tan sensual y morboso que las volvía locas y la...

Catarsis colectiva (Nikos y Kostas)

Nikos y Kostas son amigos desde la adolescencia; ambos pasan casi todo el tiempo juntos y sus respectivas parejas, Kara y Melinda son también íntimas amigas. Un hecho casual pondrá sus relaciones en entredicho, y la crisis económica griega les forzará además a buscar un estilo alternativo de vida.

Con la repentina llegada de una galopante crisis económica a Grecia, a partir de 2009, la mentalidad acomodaticia de muchas personas, que hasta entonces se dejaban mecer plácidamente por un sistema corrupto y viciado desde sus mismos cimientos, comenzó a cambiar tímidamente. El sufrido pueblo griego, que hasta entonces había soportado todo tipo de engaños y corruptelas por parte de sus impresentables servidores públicos, dijo ¡basta!. Y actuó en consecuencia: comenzaron destruyendo los parquímetros y negánd...

Romper las cadenas (Parte 4)

Mateo conoce a Pedro, el nuevo maestro de escuela del pueblo, que le propone continuar sus interrumpidos estudios escolares en los ratos libres del duro trabajo en el campo. Silverio siente amenazada su particular relación con Mateo e inicia una ofensiva implacable para intentar que vuelva a su lado

Desde aquel día no volví a verle o a hablar con él en mucho tiempo. Trataba de evitarle en lo posible, porque sentía asco por su persona, a pesar de su evidente atractivo físico que le hacía muy elegible para el sexo opuesto. En efecto, tal como había predicho, no tardó en ennoviarse con la Ofelia, la moza más guapa del pueblo, y una de las pocas con ciertos posibles, pues su padre era comerciante al por mayor. Un modesto partido, hablando en general, pero un auténtico partidazo teniendo en cuenta el estado...

Romper las cadenas (Parte 3)

Mateo y Silverio son sorprendidos en pleno acto amoroso por el hijo del marqués, un retorcido sádico que no duda en tomar ventaja de este descubrimiento. Silverio decide tomar cartas en el asunto, mientras que un solitario Mateo empieza a sentirse decepcionado con el comportamiento de su amigo.

Hacíamos el amor, la mayor parte de las veces de forma violenta y apasionada, en los lugares más insospechados de la geografía local: cuevas naturales, cabañas abandonadas por pastores trashumantes, dehesas polvorientas alejadas del mundanal ruido, olivares apartados donde desatar nuestros instintos más primarios sin miedo a que nadie descubriera nuestro secreto. Pero dicen que tanto va el cántaro a la fuente que se acaba rompiendo, y eso es lo que nos sucedió a nosotros un mal día mientras dábamos rienda s...

Romper las cadenas (Parte 1)

Mateo, un anciano refugiado republicano español en México, rememora su juventud en un pueblo extremeño y las causas de la extrema pobreza y la explotación a la que estaban sometidos por culpa de un sistema de reparto injusto, hasta que la rebelión prende en el ánimo de aquellos pobres desheredados.

12 de Enero de 2008

Coyoacán, México D.F.,

Hoy cumplo noventa años de vida. Quien me lo iba a decir entonces, cuando me jugaba la vida todos los días en las trincheras y las casamatas de nuestra incívica guerra civil. No sólo nunca pensé llegar a esta avanzada edad, sino que tampoco esperaba hacerlo de esta forma, conservando, aunque algo mermados, como es lógico por el simple paso del tiempo, todos mis sentidos y esta lucidez que me ha acompañado siempre en el viaje por la vida.

Soy consc...

Romper las cadenas (Parte 6 y final)

En un desesperado intento de resistencia condenado al fracaso de antemano, Mateo, Silverio y Pedro unen sus fuerzas en la inutil defensa de la ciudad de Badajoz, atacada por el bando franquista. La muerte, la traición y la huida final de la ciudad mártir marcarán para siempre el resto de sus vidas.

Estoy llorando mientras escribo estas líneas porque aún a día de hoy no puedo afrontar lo sucedido en aquellos días de sueños rotos y lucha desigual. Nos enfrentábamos con un puñado de armas inservibles a un ejército colonial perfectamente entrenado para matar y aquella carnicería brutal recibió el nombre genérico de “guerra civil”. Cuando nos retiramos por fin del pueblo, apesadumbrados, a la carrera, sin apenas luchar y carentes de lo mas esencial y nos refugiamos en Badajoz, la suerte estaba echada para...

Romper las cadenas (Parte 2)

Mateo continua recordando la pasión juvenil, desenfrenada y prohibida, que vivió con su amigo Silverio, un joven de explosivo temperamento que no duda en obtener el placer que cree necesitar por medios lícitos o forzando al límite las situaciones dudosas.

Mi vida, como la del resto de mi mísero pueblo, cambió de forma radical cuando empezamos a ser dueños de nuestros destinos. A partir de entonces, con la distribución parcelaria de tierras cultivables a cargo de nuestros camaradas anarquistas en régimen de autogestión, el cielo pareció abrirse de repente para nosotros. Creo que todos, borrachos de triunfo y sedientos como estábamos de justicia social empezamos a comportarnos de forma exagerada, como si hubiera comenzado una fiesta perpetua cuya factura nadie...

Romper las cadenas (Parte 5)

La guerra civil estalla finalmente y en el pueblo comienzan los preparativos para una imposible defensa del territorio; también es llegada la hora de ajustar cuentas con el marqués y su escandaloso hijo, y en este particular el vengativo Silverio tiene mucho que decir al respecto.

Conforme el verano avanzaba se iba haciendo evidente que la situación política estaba tomando un rumbo decisivo. Los enfrentamientos con los escasos falangistas locales se fueron haciendo más violentos y seguidos, la gente de derechas apenas se atrevía ya a salir de sus casas por temor a posibles represalias por parte de exaltados de todo signo, el anciano cura había sido amenazado con ver arder su iglesia hasta los cimientos si no repartía el cepillo semanal entre los pobres de la localidad, y, para colmo,...