Jugando con Rosa María
Finalmente, Gian tuvo la oportunidad de colocarla sobre sus hombros. Ocurrió luego de una pequeña exhibición de hipnosis
Jugando con Rosa María
Rosa María, tenía un culito que era de los que paralizan el tráfico. Era la envidia de sus amigas y el deseo oculto de todos sus amigos.
Gian también la deseaba en secreto, pero no solo de la manera usual. No solo quería meterle la verga por el culo y nalguear ese par de nalgas que parecían dos globos repletos de agua a punto de reventar.
Él también quería llevarla sobre sus hombros y se relamía de gusto imaginando tener ese culo a la altura de su rostro, mientras le...