El señor Luis me la sabe meter
Un maduro vecino me hizo conocer el autentico placer.
EL SEÑOR LUIS ME LA SABE METER
La jornada de trabajo prometía ser tediosa, como todas. Ser cajera en un supermercado no es una labor agradecida ni descansada, especialmente los fines de semana en que los clientes forman largas filas y el trasiego de productos sobre el lector láser es incesante.
Llevaba ya un par de horas sin pausa ni reposo cuando, por fin, apareció una cara amable.
Un señor al que había visto por mi barrio, un hombre maduro, moreno, alto y con porte distinguido. Debí...