El destino de Susana (3)
La boda de una amiga, las hormonas de Susana desbocadas.., ¿qué podrá ocurrir?
Acabadas de pintar las uñas, miró el reloj: ¡Dios mío! ¡Ya sólo faltaba una hora para que pasaran a recogerla! Rápidamente, descendió de la cama y se puso el sujetador sin tirantes a juego con sus braguitas marrones de volantillos. Se sentó entonces ante el espejo y empezó a maquillarse: el tono de las mejillas, la pintura de los ojos, las cejas y el carmín en los labios la tuvieron entretenida, al menos, veinte minutos.
Acabado todo eso, se miró triunfalmente: lo había conseguido, se veía bien...