Los casos de la inspectora Mendes (III y último)

Desenlace de este primer caso de nuestra intrépida inspectora

7.El plan de la señorita Masachs

Algo ocurría… Anselmo era consciente de que pasaba alguna cosa entre la inspectora Jennifer y el inspector Javier; no deseaba averiguarlo, pero sí le importaba porque su deseo era que la misión llegase a buen puerto.

Se acodó en la mesa y miró a sus tres subordinados.

  • ¿Todo va bien?

El que habló fue Andrés:

  • Perfectamente, señor comisario. Ya habrá leído los informes que le dejé.

Anselmo suspiró; si ése tenía que ser el jefe de...

Los casos de la inspectora Mendes II

Prosigue el relato; entre Javier y Jennifer habrá más puntos en común de los esperados.

4. La señorita Masachs

Jenny, ataviada con una blusa blanca que dejaba ver con generosidad el nacimiento de sus pechos y con una minifalda negra que a duras penas alcanzaba la mitad de sus muslos, descendió del Lupo. A través de las gafas de sol vio, a unos 50 metros, el restaurante en el que se habían citado con Carolina Masachs, la hermana del novio. Instintivamente, se miró el bolso con preocupación: el lugar en cuestión tenía fama de ser muy caro y durante aquellos días nadie había hablado de...

Los casos de la inspectora Mendes

Primera parte del primer caso de una inspectora a la que pocas cosas se le resisten

  1. 1.En comisaría

  2. Venga, muchachos. Pasad.

  3. Hola, comisario.

  4. ¿Qué tal, jefe?

Anselmo miró a sus subordinados;«cuánto dinero tirado a la basura con estos memos»; dejó el bolígrafo sobre la

mesa y unió los dedos de sus manos.

  • Sentaos – dijo secamente.

Así lo hicieron Javier y Andrés,incomodados por los fríos ojos grisáceos del comisario; para evitarlos, Andrés

se dedicó a observar el insípido despacho de su superior. A excepción de lamesa, goberna...

El relato de Joana (7 y último)

Llegamos al final de la terrible odisea; todo tiene un final feliz... ¿o no tan feliz?

UN CLIENTE ESPECIAL

El trayecto por aquella ciudad desconocida en los asientos traseros del turismo de lunas tintadas duró aproximadamente media hora; tras detener el automóvil, Marcus se volvió hacia ella y le entregó un papel. Joana leyó «portal 13, piso 2ºD», asintió y salió del coche. Ojeó la calle, triste a pesar del sol veraniego. Sin duda, pertenecía al extrarradio: edificios de pisos baratos se agolpaban uno al lado del otro y no ofrecían al transeúnte ni una sola tienda. Muy de vez en c...

El relato de Joana (6)

Con su peculiar estilo, Joana nos relata diversos episodios de la existencia que le ha tocado vivir.

LA PROFESIÓN

Hacer la calle era jodido; durante el día, y más ahora en verano, el sol caía a plomo sobre aquella ancha avenida situada en un polígono industrial en las afueras de una población desconocida. De noche, se añadía al bochorno el peligro de unos jóvenes descontrolados que, a veces, en el coche a toda velocidad y la música a tope, les tiraban botellas y latas a la vez que gritaban: ¡putas!, ¡furcias! A esto tenían que sumarse los servicios (algunos de ellos extravagantes) a los que una...

El relato de Joana (5)

Una vez secuestrada, Joana deberá enfrentarse a una nueva vida; mientras tanto, las pesquisas policiales se acercan a los culpables de su desgracia.

SECUESTRO

Poco tiempo pasó hasta que el otro hombre, algo mayor que el rubio, más bajito y de aspecto agitanado, se puso a su lado y le dijo algo que no entendió. Su violador, que acababa de abrocharse la bragueta, se lo tradujo:

  • Pon en pie.

Sin capacidad siquiera para llorar, atenazada por el terror, Joana hizo lo que le habían mandado; el hombre mayor la cogió del brazo y la llevó (media braga insertada en la raja del culo) hasta la camioneta.

  • Tú… - la golpeó con el índice...

El relato de Joana (4)

El secuestro y el calvario de Joana se inician con una execrable violación.

LA CULMINACIÓN DEL PLAN

  • Eso es, preciosa mía – continuó Álvaro -; por eso quiero contarte mi relación con Vania.

  • No me interesa – cortó Joana, de nuevo rígida.

  • Sí te interesa, porque somos una pareja, ¿o no? – silencio. Álvaro tiró la colilla al suelo y la pisoteó concienzudamente. Aunque intentó poner cara de aburrimiento e indiferencia, Joana se enteró (¡y tanto que se enteró!) de que Álvaro y Vania habían sido pareja, de que habían salido durante un par de años, de que habían...

El relato de Joana (3)

Poco a poco la fatídica noche va trazando, inexorable, el destino de Joana.

EL PLAN SE INICIA

Decir que había pasado casi tres cuartos de hora sola, aburrida y con una sed de caballo (no se atrevía a dirigirse a la barra, por temor a los toqueteos) sería poco; cuando, por fin vio aparecer a Álvaro con un cubata en la mano, su cabreo era monumental. Perdió los estribos (como siempre) y de pie, el bolso balanceándose, los brazos en jarras y las tetas bamboleando por el jadeo de la rabia, empezó a chillar:

  • ¡Desgraciado! ¡Cabrón! ¡Cómo te atreves a dejarme así tirad...

El relato de Joana (2)

Donde prosigue la historia de aquella noche que tanto cambió el destino de Joana.

EL ENCUENTRO

Álvaro se apartó del telefonillo con una mueca de disgusto: ¡aún no la había visto y ya se le hacía insoportable con tanta tontería de machismos! No pudo pensar mucho más, porque Joana ya salía por el portal. Ciertamente, no desmerecía como mujer…, algo regordeta, eso sí…, pero ¡Dios!, ¡vaya trasero!, y una buena delantera

  • ¡Hola, Álvaro! – saludó una sonriente Joana.

Se besaron en las mejillas; Joana casi se delata, adelantándose demasiado, como buscando su boca: «La ve...

El relato de Joana

A lo largo de diversas entregas, se verá cómo Joana cae en una red de trata de blancas y de explotación sexual.

PRÓLOGO

Estas páginas son fruto de una terapia que me ha impuesto mi sicóloga; si bien es verdad que al principio empecé sin ganas, poco a poco me fui animando a escribir mi historia, y más si alguna vez llegaban a mis oídos relatos o noticias de explotación infantil.

Dudé en su momento en escribir en primera o tercera persona, y me decidí por esta última, a semejanza de aquel gran historiador que fue Julio César. No confundáis: ni por asomo pretendo semejarme a él ni este relato puede com...