Tengo miedo (Vudú )

Una joven sufre las consecuencias de abandonar a un brujo. Un ser invisible la toma cruelmente en los lugares más inverosimiles.

¡Tengo miedo! (Vudú)

Tengo miedo. Acabo de terminar con mi novio hace dos meses y tengo miedo. Nunca debí de haber empezado a salir con él. Todo el mundo me avisó que no era prudente enamorarse de un brujo, pero no les hice caso.

Era lo prohibido, lo oculto. Saber que a lo que se dedicaba no fue una cortapisa sino un aliciente. Deseaba introducirme en su mundo de fantasía, de siniestros dioses y diosas, de ceremonias vudú, donde él, el Hougan, era el centro de todo. Rituales exóticos donde...

¿Violación o deseo?. Luna

Luna es tomada por un desconocido. Su mente no alcanza a discernir cuales son sus sentimientos.

Tu jefe te había dicho esa mañana, que había que llevar unos papeles a un inversor. No te extrañó en absoluto, era su costumbre el escaquearse de los marrones, y apuntarse, sin ningún escrúpulo, los éxitos ajenos. Para ti, era casi una liberación, de esa forma no tenías que estar encerrada entre esas cuatro paredes, pero sobre todo te librabas de su permanente escrutrinio. Por eso, cuando te dijo que había que llevárselos al Hotel María Isabel Sheraton, te alegraste, podrías aprovechar para comprarte...

¿Quién es Ella?

Tumbado en la cama, no dejo de pensar en las sábanas vacías y frías que ha dejado su marcha. Ayer la conocí, ¡y ya la he perdido!.

¿Quién es Ella?

Tumbado en la cama, no dejo de pensar en las sábanas vacías y frías que ha dejado su marcha. Ayer la conocí, ¡y ya la he perdido!. Menos de doce horas, durante las cuales ha horadado un profundo agujero, de donde me va a costar salir. Trampa escarpada de la que ni destrozándome las uñas, me va a resultar fácil escapar.

En un inicio, noche como cualquier otra. Tabaco, copas, risas en el bar de José. Música estridente, atmósfera sobrecargada y hielos disolviéndose en mi wh...

Desnúdate

Suéltate, despójate de todos tus prejuicios y desnuda acude a mis brazos.

Suéltate, despójate de todos tus prejuicios y desnuda acude a mis brazos.

Te quiero sin ropa, con el único atuendo de unas botas hasta la rodillas, para que mis manos al recorrer tu cuerpo no encuentren ninguna frontera.

Quiero convertirme en un mojado, un ilegal que se aposenta entre tus piernas mientras escucha la sirena de tus orgasmos, al cruzar la línea prohibida marcada por la sociedad.

Miembro ilustre que atándote a tu propia cama, te haga declamar los deseos que hasta ahora t...

Dos mujeres y La espada de Damocles

Una admiradora de mis relatos me envió un email el día que conocí a una preciosidad de mujer. la primera de veinte años, la segunda de cuarenta. Con las dos empiezo una relación hasta que todo se complica. Relato largo, con una mezcla de primera vez, hetero, bisexual, un poco de dominación y hasta unas dosis de intriga. Espero que os guste.

Capitulo uno. Conozco a Claudia y a Gloria.

La primera vez que tuve constancia de su existencia, fue al recibir un email en mi cuenta de correo. El mensaje era de una admiradora de mis relatos. Corto pero claro:

"Hola soy Claudia.

T

us relatos me han encantado.

Leyéndolos, he disfrutado soñando que era, yo, tu protagonista.

Te he agregado a mi MSN, por favor, me gustaría que un día que me veas en línea, me digas algo cachondo, que me haga creer que tengo alguna oport...

Adiestrando a las hijas de mi jefe (3)

Isabel, mi secretaria, me ofrece su ayuda para enseñar a las dos hermanas. Bajo su experta batuta, las muchachas se convertirán en perfectas sumisas.

Esa mañana, decidí que tenía que cambiar de táctica, no fuera que las privaciones a las que tenía sometidas a las dos hermanas hicieran mella en sus cuerpos, y enfermaran. Para ello, debía encontrar una persona que me las cuidara mientras yo trabajaba. El problema era quien, no conocía a nadie que me inspirara la suficiente confianza para dejarle a Natalia y a Eva a su cuidado.

Nada más despertarlas, la obligué a darse un baño, a peinarse, y a pintarse, ya que las quería en plena forma.

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Atraído por... 3, Mi negra me trae otra criada.

La propia Meaza me pide que nos venguemos de María, haciéndola nuestra sierva. Aviso que hay partes de dominación en este relato.

Meaza dormía a mi lado. Todavía no se había dado cuenta que estaba despierto, lo que me dio la oportunidad de mirarla mientras descansaba. Su belleza negra se realzaba sobre el blanco de las sábanas. Me encantaba observarla, sus largas piernas, perfectamente contorneadas, eran un mero anticipo de su cuerpo. Sus caderas, su vientre liso, y sus pequeños pechos eran de revista. Las largas horas de gimnasio y su herencia genética, le habían dotado de un atractivo más allá de lo imaginable.

Pero lo q...

Atraído por... 2, Cadenas de sumisión

Gracias a un regalo casual, descubro los límites del placer, con Meaza, una negra.

Continuación de atraído por mi nueva criada negra...... pero puede leerse como relato aparte.

Eran las ocho de la mañana, cuando sonó el despertador de mi mesilla. Debía levantarme para ir al trabajo. Meaza que dormía desnuda, a mi lado, se levantó a hacerme el desayuno, mientras yo me metía a ducharme, de forma que en cuanto salí, allí estaba ella, dispuesta a secarme.

La vi acercándose con la toalla, la muchacha traía anudado su vestido al cuello, de forma que dejaba sus pechos al aire, r...

Atraído por mi nueva criada negra.

Mi amiga María, preocupada por mí me consigue una criada. Meaza resulta ser una bellísima hembra de raza negra, con la que experimento nuevas sensaciones.

Meaza:

Capitulo 1

- Necesitas alguien fijo en tu casa -, me dijo Maria viendo el desastre de suciedad y polvo que cubría hasta el último rincón de mi apartamento.- Es una vergüenza como vives, deberías contratar a una chacha que te limpie toda esta porquería -.

Traté de defenderme diciéndola, que debido a mi trabajo no lo uso nada más que para dormir, pero fue en vano. Insistió diciendo que si no me daba vergüenza traer a una tía a esta pocilga, y que además me lo pod...

Ana, mi secretaria, está embarazada

Después de cinco años juntos, al enterarme de su embarazo, la veo al fin como mujer. Su embarazo y sus efectos se vuelven mi obsesión.

Cinco años juntos y no la había mirado. Todo ese tiempo, Ana era un mobiliario mas de la oficina. Aunque entre nosotros había nacido una gran amistad, no podía verla como mujer. Mis amigos, mis clientes e incluso mis otros compañeros de trabajo alucinaban que no me fijara en sus piernas esculturales, que no babeara, como un niño al que le están saliendo los dientes, contemplando su cuerpo contoneándose mientras se acercaba a mi despacho. Siempre mi respuesta era la misma, " Es mi secretaria".

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