Mi marido es un desastre (06: Mi ruptura)

La venganza es un plato que se come frio.

Fue muy embarazoso contar lo sucedido a la policía. El Inspector, un hombre cuarentón, calvete, un poco gordo y con un gran bigote hacía una recensión de mi historia.

-O sea, que su marido le debía un montón de dinero a Silvia Mohedano que utilizó para comprar un coche. Como no podía pagarlo...y le dice a Usted que se vaya a hacer un crucero con las detenidas... Deja que le hagan todo tipo de abusos sexuales... Permítame una pregunta...¿Le gustaría casarse conmigo?...Por que vaya chollo tiene...

Mi marido es un desastre (05: Crucero)

La garantía de un pago es la esposa.

Aquí no acaba la historia de los juegos de mesa, pero tengo que contar lo que me sucedió dos o tres semanas después.

Guillermo apareció preocupado, muy preocupado. Le pedí que me dijera varias veces que le sucedía, pero me decía que no sucedía nada. Yo sabía que algo me ocultaba. Sólo después de pedirle que me contara que le sucedía me empezó a contar algo.

-No me vas a perdonar. Te acuerdas que le pedí dinero para ampliar la oficina. Pues como el banco no me lo daba se lo pedí a una muje...

Mi marido es un desastre (04)

Una tarde de juego que da más de una sorpresa.

Pero las majaderías de Guillermo no acabaron aquí. Unos meses después, Guillermo vino con un extraño paquete. Un juego de estrategia, me dijo.

Al abrir el juego descubrimos que se trataba de un juego erótico. Un juego de tablero y cartas en lo que parecía que se debían producir circunstancias eróticas. El problema es que además, el juego era para... más de dos jugadores. Guillermo guardó el juego malhumorado y no le dimos mayor importancia.

Pero un día, Guillermo le comentó que había habl...

Mi marido es un desastre (03: Vacaciones)

Los caprichos de su marido le cuestan caro, ¿o quizas no?

Pero unos días antes de reconciliarme, me tropecé con Diana, una amiga de la juventud, que nos conocía bien a los dos. Me preguntó por Guillermo y al ver mi expresión de desolación me invitó a café. Me animé a ir a su casa. Hacía algunos años que no nos veíamos y me sorprendió lo mucho que había cambiado.

Efectivamente, tenía un apartamento con salón, cocina y dormitorio. Muy funcional y amueblado eclécticamente. Me desahogué contándole todo. No debía de hacerlo, pues todos sospechábamos desde...

Mi marido es un desastre (02: Deudas de juego)

El pago de las deudas de juego no siempre es dinero.

Efectivamente, tras los primeros meses de casados, en los que, lógicamente, no todo marchó sobre ruedas, a mi marido se le ocurrió invitar a casa a los amigos. Sí, unas partiditas de cartas, tabaco y bebida. Bueno, por entonces no me pareció que fueran a ser tan coñazos. Me molestó especialmente la presencia de manolo. Me miraba como un cerdo. Salió de la habitación donde estaban encerrados un par de veces. Una a mear y como no, mojar la tapa con sus meados. Tiró la colilla al water y no tiró de la c...

Mi marido es un desastre (01: La hipoteca)

La mejor manera de conseguir un préstamo.

Me preguntan a veces los amigos y familiares por qué motivo me he separado de Guillermo. Tengo que decirles que no fue fácil tomar la determinación y me dolió mucho tener que hacerlo, pero creo que después de lo que les voy a contar me darán la razón.

Mi nombre es Eva. Tenía 25 años y cuatro de noviazgo el día que me casé con Guillermo, un joven licenciado en Económicas con muchos pajaritos en la cabeza. Habíamos decidido casarnos, tras un noviazgo normal aunque un poco largo, y para ello tenía...

Mi Madrastra

Una joven lleva bastante mal el segundo matrimonio de su padre con una chica casi de su edad. Las rencillas entre ambas terminan en una excelente relación lésbica que mantiene muy unida a la familia.

No me sentó nada bien el anuncio de mi padre de contraer matrimonio de nuevo, tras el divorcio de mi madre, que se había escapado con un fontanero cincuentón que vino a arreglar el fregadero, un viernes por la mañana de hace tres años.

Entonces yo tenía veintiún años y no aprobé en absoluto la actitud de mi madre, que se lió la manta a la cabeza y se escapó con aquel hombre, de aspecto varonil y pelo en pecho. Bueno, supongo que las cosas no irían bien entre ellos, pero apoyé a mi padre y me quedé con...

Gerardo, un hermano dominante

Un chico comienza a maquinar la forma de someter a su hermana y usarla en sus juegos sexuales y a la vez conseguir otras mujeres.

Mi hermano Gerardo me ha pedido que escriba nuestra historia. La verdad es que hace unos cuantos años que sucedió todo lo que os cuento. Bueno, mi nombre es Marta y tenía veinte años cuando sucedió lo que os voy a contar.

No quiero culpar a mi hermano de lo sucedido. La verdad es que cada cual es como es. Yo era una joven bastante guapa. Una joven castaña, delgada, de piernas largas y culo respingón, los senos pequeños pero muy bien puestos. Estaba estudiando cuarto de biología.

Tengo un hermano...

La madre de mi novia

Un muchacho hace un curioso pacto con la madre de su novia: tomarla a ella y respetar hasta la mayoría de edad la virginidad de su hija.

Conocí a Carmen cuando yo tenía 17 años en una fiesta de instituto. Era una chica del primer curso, con 14 años, morena, bajita todavía y con unos meloncitos bastante desarrollados para su edad. Iba con unas chicas a las que yo conocía y no me fue difícil acercarme a ella y bailar con ella. Entre los dos surgió rápidamente el amor como un flechazo. Bailamos y la acompañé hasta su casa. No me costó darle la mano y despedirme de ella con un beso.

Me obsesioné por ella. Mis amigos no tardaron en notar qu...

Revolución en el aula

La llegada de un nuevo alumno al centro, un colegio de curas, provoca una rebelión, que desemboca en la iniciación sexual de todos los alumnos con su profesora, una mujer que al final les sorprende a todos.

No explico todavía cómo pudo suceder aquello en un colegio con tanta fama y tanta disciplina. Era alumno de aquel afamado colegio de religiosos desde que era pequeñito. Nunca había puesto nada en duda, ningún resorte de aquella dictadura que nos martirizaba seis horas y media al día. Ahora estaba en el bachillerato. Empezábamos a ser hombrecitos y nuestra mentalidad empezaba a cambiar.

Teníamos una media de 18 años, aunque había algunos con diecisiete, y Fernández, que tenía diecinueve. La inclusión d...