Caribe

Dos bellezas caribeñas se solazan en la playa. Aceptan la invitación de un anciano y rico paseante y terminan montando un tórrido número lésbico a cambio de una generosa suma en dólares.

El sol hace horas que se asoma sobre el azul horizonte que enfrenta a la inmensidad del cielo y el mar con los edificios descuidados y descoloridos que sin duda han conocido tiempos mejores.

Eva y Pamela tomaban el sol en la interminable playa de arena blanca, de arena de mármol molido, las dos solas como tantas veces, esperando despreocupadas y desocupadas la llegada del resto de los chicos de su pandilla. Es domingo, eso les ha permitido bajar antes a la playa. No diré que tienen una especial obsesi...