Traición marital cruzada II

Margarita, la esposa de Cristóbal, ha descubierto el pastel, y decide vengarse devolviéndole la moneda.

La sintonía del Planeta Imaginario volvió a sonar en la alcoba de Viola, que, perezosamente, cogió la llamada una vez más.

-¿Quién es? – preguntó, ya algo molesta. Era la tercera vez que sonaba desde un número oculto y nadie contestaba al otro lado. En esta ocasión, al fin se oyó una voz femenina.

-Buenas noches, señorita… ¿hablo con la titular de la línea?

-No me fastidies, son casi las dos de la mañana, ¿pretendes que me trague que llamas para venderme algo? ¡Si te aburres, seas quien se...

Hechos el uno para el otro.

-¡AaaaAAAh….! – el tono de ella subía y bajaba de gusto, tirándole de la camisa, que a pesar de no querer desnudarle, la tenía ya fuera del pantalón. Daniel creyó ver estrellas de gusto cuando se sumergió en aquélla intimidad dulce y calentita, tan deliciosamente mullida y agradable

Daniel caminaba despacio, sosteniendo con algo de dificultad el ramo de flores en una mano y los bombones en la otra, e intentando al mismo tiempo esquivar a la marea de gente que había en el pasillo del hospital. Después del partido de fútbol, se había montado un jaleo de los gordos, y había un montón de heridos, afortunadamente, la mayoría no eran serios… pero para él, le ponían en un aprieto. Sería capaz de tropezarse consigo mismo, no digamos con el pasillo lleno de personas. Se pusiese donde se pusiese...

Enséñame a bailar

Irina va a tener que usar métodos muy agresivos si quiere que Oli venza su timidez para aprender a bailar.

"First I was afraid, I was petrified…." Sonó en el equipo cuando puse el cd de "música para no aburrirse limpiando" que tengo precisamente para eso. Irina, mi mujer, había salido a comprar croissants para el desayuno, y mientras, en lugar de quedarme dando vueltas en la cama a lo bobo, pensé que podía ir adecentando la casa un poco, así que me armé con el plumero, abrí las ventanas para ventilar, y mientras limpiaba el polvo del salón, empecé a bailotear…. Me llamo Oliver y hasta a los bibliotecarios aburri...

Mariposa y yo; placer en el Metro

Accidentalmente, Imbécil descubre que su ama es alguien más cercano de lo que él supone, y ella lo somete a un delicioso placer en público, con la promesa de algo aún mejor.

"Ten un buen día en el banco" Había dicho… "Ten un buen día en el banco…" Y yo no podía dejar de darle vueltas a la cabeza… Repasé mentalmente nuestras conversaciones, pero era absurdo, sabía de sobra que NO habíamos hablado de nada referido a nuestra vida privada, yo no le había dicho dónde trabajaba, ni siquiera mi nombre… sin embargo, ella lo sabía. Mariposa me conocía. Probablemente yo la conociera también, pero no sabía quién era, y eso me dejaba en una situación de desventaja… y vulnerabilidad, que no...

¿Qué sabes hacer en diez minutos...?

Cuando tienes una aventura, es preciso saber aprovechar el tiempo y las ocasiones.

Podía verle a través del cristal de la sala de profesores… sólo a través de las rendijas de las hojas de la persiana, pero le veía, sentado a la mesa, le había tocado guardia durante el descanso, y fingía leer exámenes. Cualquiera que le hubiera mirado, que sólo le hubiera echado un vistazo, hubiera podido pensar que efectivamente estaba corrigiendo los exámenes de antes de la evaluación navideña… cualquiera que le conociera tan bien como yo y se molestase en mirarle con atención, se hubiera dado cuenta de...

Feliz cumpleaños, Irina

Oli quiere hacer un regalo de cumpleaños muy especial a su esposa, y eso implicará vencerse a sí mismo.

-¿Si quiero QUÉ?

Hay veces en la vida en que hace falta tener valor, mucho valor… desgraciadamente, yo nací un poco falto de eso. Me llamo Oliver, aunque en la partida de nacimiento pone "Oliverio", y todo el mundo que me tiene un poco de confianza me dice simplemente Oli. Hasta no hace mucho, yo pensaba que el amor no era algo que yo fuese a conocer nunca, y tal certeza no me producía ya ni indiferencia… era algo que daba tan por sentado que ni siquiera pensaba en ello, igual que no pienso en que los...

Mariposa y yo, 3

Imbécil recibe su primera recompensa... y una sorpresa que está muy lejos de esperar.

"Próxima estación: Centro Comercial".

La megafonía del Metro me sacó del estado de duermevela en el que me encontraba. Había tenido la suerte de poderme sentar, y eso, unido al madrugón y al traqueteo del vagón, siempre me daba sueño. Me levanté y fui pidiendo permiso para llegar hasta la puerta dedicando sonrisas a todo el que me miraba a la cara… lo curioso es que la mayoría, me las devolvían. De hecho, al entrar en la puerta del Metro, me había encontrado una ancianita que vendía cupones de lotería...

Aquí te pillo, aquí te mato... otra vez.

Viola intenta averiguar quién de sus compañeros del instituto la poseyó a oscuras, pero será él quien le dé una ayudita para que repitan.

La verdad que no se lo había tomado tan mal como yo pensaba… sabía que lo nuestro estaba muerto hacía tiempo, por más que yo quisiera engañarme y salvarlo… y cuando me di cuenta que yo había sido capaz de follar con un absoluto desconocido, que aún no sabía quién era, y engañarme a mí misma para justificarlo, aquello sólo intensificó más la sensación de que nuestra relación se había terminado tiempo atrás. Mi exnovio, Alfonso, había parecido incluso aliviado cuando le dije "hasta aquí hemos llegado". Y a mí...

El catarro del recién casado

Un estupendo modo de entrar en calor y relajarse.

-…Tienes que hacerlo, Irina… snif, snif… debes hacerlo…

¿Mmmh…? ¿Qué cuernos pasa….? Son las tres y cuarto de la mañana… me he despertado porque he oído a alguien cerca de mí, llorando en voz baja… al fin me sitúo: soy Irina, estoy en mi alcoba de matrimonio, Oli duerme a mi lado y tiene pesadillas… llora y dice que tengo que hacer algo…

-Oli, cielo… - en voz baja, le abrazo y le muevo suavemente para que despierte sin asustarse. Mi Oli abre los ojos, parece que en un principio no reconoce dónde...

El uro y la cobra

Las ambiciones y su anhelo al trono de su padre, han llevado a Kratos a tirar de un remo en galeras, pero su prima, quien descubrió su traición, aún pretende hacerle pagar mucho más caro...

Entre crujidos y vaivenes, suave y lentamente, rompiendo la espuma de las olas, se mecía la hermosa galera del Emperador. Hyudus, el soberano más poderoso, reposaba tranquilamente en su asiento, ocupándose de sus asuntos y disfrutando del apacible viaje… para él. Para los galeotos, remeros forzados, la travesía no era tan agradable… en especial para uno de ellos. Kratos. Era el hijo adoptivo del emperador, un hombre fuerte, orgulloso, y ambicioso… y sus ambiciones le habían llevado a tirar de un remo, aunqu...