Fin de semana en Cuernavaca (4)
De nuevo el placer, la pasión, el deseo... en cualquier momento, en cualquier sitio...
Tu contacto me despertó. Al abrir los ojos me encontré de frente con tu rostro, hermoso, sereno; tus ojos aún cerrados sugerían la ternura de una recién nacida;.... ¡qué hermosa te veías! ....... La piel de tus hombros cubiertos únicamente con la sábana, se encontraba todavía húmeda por el calor del ambiente y el olor que tu cuerpo emanaba era una mezcla de perfumes que las más hermosas flores envidiarían. ¡Cuánto te amaba!, pensaba yo, ¡cuánta dicha de tenerte a mi lado, de saberte únicamente mía!
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