Margarito se sintió gratamente sorprendido, cuando antes de dejarla en la escuela de su niña; Susy, con un acento dulce y cachondo lo invitaba a desayunar en la casa de ella... al fin estarían solos, sin comensales, sin meseros ... solos ellos dos...
Sí, buenos días, diga se escuchó la voz del viejo al contestar el
celular-.
Don Margarito, soy yo, Susy, su inquilina su nueva inquilina.
Ah!! Sí doña Susy, dígame para qué soy bueno, en qué le puedo servir.
Don Margarito, mire, ayer platicando con mi esposo, queremos hacer unos
pequeños arreglos acá, debajo de las escaleras, pero no sabemos si a usted
le molestaría, dígame usted.
Mmmm mire doña Susy, hagamos una cosa, si usted me permite voy a ver
dónde lo quieren poner, y le digo, le...