La historia de Carlos y su madre. Parte 4

Las gruesas manos del chico la tomaron del cabello, pasó sus dedos entre la sedosa cabellera de doña Rosy, masajeando por segundos su cabeza al tiempo que la halaba hacia él para decirle, con ese movimiento, que deseaba que se la tragara toda. La madre de su amigo, con la experiencia que tenía, colo

Se sentía presa de la lujuria. Sus demonios habían renacido dentro de ella con una fuerza inconmensurable e incapaz de controlar. No recordaba esos intensos deseos recorrer su delicada y suave piel desde que era una jovencita. Iba en segundo año de secundaria cuando aquel viejo tendero, don Julián, muy amigo de sus padres, le hizo descubrir los placeres de la carne, primero hurgando con sus gruesos y largos dedos su virginal y ardiente intimidad, luego, con mayor osadía y deseo, la hizo suya aquella noche d...

La Historia de Carlos y su madre. Parte 32

Sabino la agarró de la cintura, se aferró fuertemente a aquel maduro y exquisito cuerpo de mujer, la haló con fuerzas hacia él, ella gemía, pujaba, emitía sonidos guturales mientras su hijo, a escasos metros, seguía con su mano derecha masturbándose suavemente.

No le era fácil entenderlo. De hecho, había algo en su cabeza que no le “cuadraba”, como se dice en México, coloquialmente. Ya le había preguntado a Sabino, su amigo, pero no le había dicho nada, solo un “al rato te platico”, y esa frase le decía mucho, pero al mismo tiempo, nada.

Era casi las 9 de la mañana y el calor ya era bastante fuerte. Sacaron la mesa del comedor para desayunar en el patio de la casa a la sombra de todos los almendros que, altivos, se levantaban en la casa de doña Rosy.

A...

La Historia de Carlos y su Madre. Parte 2

Sabino, hizo una exclamación de gusto, lleno de deseo se acercó a ella. Doña Rosy dio un paso atrás, “no, por favor, no” dijo ligeramente, ya sin la fuerza de la resistencia del principio. Sabino sabía que faltaba solo un poco, insistir solo un poco.

-          ¿A poco así duerme? Preguntó el joven, señalando con su dedo índice la bata de dormir de doña Rosy.

-          No, pero me la puse porque estás tú de visita, y no es propio que ande de otra forma delante de un joven amigo de mi hijo.

-          ¿Cómo de otra forma?

-          Pues sí, con short, o con otra ropa que no es propia ponerse cuando hay visitas en la casa.

-          ¿Pero entonces, cómo duerme? insistió Sabino

-          ¿Para qué quieres saber?

-   ...

La Historia de Carlos y su Madre. Parte 1

La conoció una noche de fiesta. Esa noche él trabajó como mesero, recién había llegado al pueblo. Ella iba con un vestido verde estampado con algunas flores que la hacía lucir hermosa. La tela se ceñía a su cuerpo como una segunda piel. El vestido se cruzaba por el frente a la altura de sus pechos,

Dicen que cuando algo sucede una vez no garantiza que pase nuevamente, pero si sucede dos veces es seguro que se repetirá muchas veces más, o quizá, siempre.

Nuevamente el fútbol era el culpable. Llegó a la casa de Sabino y sacándose la sucia playera la tiró sobre la cama, cayendo primero en el filo de esta para luego resbalar y caer en el piso de la recámara que era cómplice de aquello que prometía convertirse en un encuentro. Carlitos estaba terminando su secundaria.

-          Le dije a ese...

La historia de Carlos. Parte 2

Ella sabía que debajo de esa bata solo estaba su piel blanca, temblorosa, deseosa y ardiente, sin prenda que se interpusiese. Sabía que solo bastaba halar la cinta de la bata para que esta se abriera y mostrar sus pechos blancos y esas aureolas oscuras y grandes que la coronaban.

-          ¿A poco así duerme? Preguntó el joven, señalando con su dedo índice la bata de dormir de doña Rosy.

-          No, pero me la puse porque estás tú de visita, y no es propio que ande de otra forma delante de un joven amigo de mi hijo.

-          ¿Cómo de otra forma?

-          Pues sí, con short, o con otra ropa que no es propia ponerse cuando hay visitas en la casa.

-          ¿Pero entonces, cómo duerme? insistió Sabino

-          ¿Para qué quieres saber?

-   ...

La historia de Carlos. Parte 1

La conoció una noche de fiesta. Esa noche él trabajó como mesero, recién había llegado al pueblo. Ella iba con un vestido verde estampado con algunas flores que la hacía lucir hermosa. La tela se ceñía a su cuerpo como una segunda piel.

Dicen que cuando algo sucede una vez no garantiza que pase nuevamente, pero si sucede dos veces es seguro que se repetirá muchas veces más, o quizá, siempre.

Nuevamente el fútbol era el culpable. Llegó a la casa de Sabino y sacándose la sucia playera la tiró sobre la cama, cayendo primero en el filo de esta para luego resbalar y caer en el piso de la recámara que era cómplice de aquello que prometía convertirse en un encuentro. Carlos estaba terminando su secundaria.

-          Le dije a ese w...

Susy, una dulce ama de casa.Sorpresas da la vida 3

Estaba ardiendo como consecuencia de sus recuerdos, tres de sus dedos se metían por completo en su vagina; se levantó tratando de no hacer ruido, Carlos seguía profundamente dormido. Se metió al baño y concluyó su placentera tarea. Tenía que dormir, el siguiente día prometía ser muy bueno.

Muchos, o por lo menos algunos, me han preguntado si Susy realmente existe o solo vio la luz al nacer en la mente de un calenturiento escritor. Quiero decirle que Carlos conoció a Susy hace siete años. Desde el primer momento que la vio quedó fascinado por la impresionante belleza de su fino y delicado cuerpo. Su apretada cintura y el contoneo de su cuerpo, así como lo desafiante que se comportaban aquel par de hermosos y redondos senos, y la exquisita danza de sus caderas a cada paso de su andar hicier...

Susy, una dulce ama de casa.Sorpresas de la vida 2

Sintió que el cuerpo del chico se tensaba completamente. Se volvió un poco hacia atrás y puso sus manos encima de las rodillas de Abel, se movió hacia adelante y hacia atrás, con locura, con fuerza rozaba su clítoris en la pelvis del joven

Su níveo y aún tibio cuerpo, completamente desnudo, se extendía a lo largo del lecho matrimonial, recargada sobre su costado izquierdo jugueteaba con los escasos vellos que nacían de aquellos pectorales fuertes. Había sido una sesión rica de sexo, quizá un poco rápida, pero lo entendía, le había robado la virginidad a Abel; ahora se dispondría a disfrutarlo un poco más. Aún no llegaba la hora de la comida, todavía tendría poco más de una hora para hacerlo suyo, antes de que Gina, la madre del joven, llegara...

Susy,una dulce ama de casa.Sorpresas te da la vida

Se acercó a ella, sin consideración empujó con todas sus fuerzas mientras un grito un poco más fuerte salió de los labios de ella, Saúl le tapó con su mano izquierda la boca para mitigar el grito. Por ratos ambas manos del hombre se asían de las caderas de su madre

Las cosas no siempre salen como uno quiere y a veces cuando menos lo esperas, se dan como las deseas, o incluso se dan de mejor manera, y entonces ya no sabes qué era lo mejor que sucediera…

El fin de semana pasó rápido. Salir a desayunar y a comer con Carlos la distrajo bastante de sus recuerdos y experiencias ardientes. El lunes se vino con todo el peso de la resaca dominical. Sin muchas ganas se ciñó un pantalón blanco, de mezclilla. Debajo una tanga de hilo dental del mismo color que se disimulaba...

Susy, una dulce ama de casa. Reino Aventura

Ya había pasado poco más de un mes desde aquella noche en el que ella se dejó consentir por él. Otros dos encuentros furtivos y rápidos se habían dado, pero él necesitaba gozarla con más calma, con tiempo, sin prisas y enseñarle, con toda su experiencia, las mieles de la pasión y el sexo.

El monótono y suave ruido del motor del autobús empezaba a arrullarla. No era un viaje largo, si acaso una hora y media, pero sí era la primera vez que salía de su casa y viajaba en autobús. Dormitaba, cuando sintió el hombro de su hermanita Dulce, "la nena" como le llamaban en la familia, caer ligeramente en su antebrazo izquierdo. La acomodó y volteó a ver a Javier, quien, sentado en el asiento contiguo, serenamente, también volteó a verla y le sonrió dulcemente.

Ya había pasado poco más de un mes d...