La historia de Carlos y su madre. Parte 4
Las gruesas manos del chico la tomaron del cabello, pasó sus dedos entre la sedosa cabellera de doña Rosy, masajeando por segundos su cabeza al tiempo que la halaba hacia él para decirle, con ese movimiento, que deseaba que se la tragara toda. La madre de su amigo, con la experiencia que tenía, colo
Se sentía presa de la lujuria. Sus demonios habían renacido dentro de ella con una fuerza inconmensurable e incapaz de controlar. No recordaba esos intensos deseos recorrer su delicada y suave piel desde que era una jovencita. Iba en segundo año de secundaria cuando aquel viejo tendero, don Julián, muy amigo de sus padres, le hizo descubrir los placeres de la carne, primero hurgando con sus gruesos y largos dedos su virginal y ardiente intimidad, luego, con mayor osadía y deseo, la hizo suya aquella noche d...