Susy, una ama de casa muy dulce 4
La juventud de Raúl no podía pasar desapercibida para ella. Trabajando en la casa de al lado todos los días despertaba en ella los pensamientos más sucios y calientes; pero hoy lo tenía en su propia casa, frente a ella, con su juvenil y musculoso cuerpo, semidesnudo... solos: ella y él.
Carlos llegó en punto de las 7 y media de la noche. Susy su mujer-la esperaba con una sonrisa y una alegría franca, producto de haber gozado, intensamente, esas dos vergas que por la mañana la habían poseído. Era jueves y el fin de semana llegó pronto. Como acostumbraban el domingo por la mañana salieron a desayunar a un pueblo cercano. El aire campirano revivía a Carlos y a ella le agradaba ir a esos espacios donde los hombres rudos no tenían reparo en observar sus nalgas, que como siempre, se apret...