Leandro
Descubriéndose.
Leandro salió del negocio satisfecho por la compra. Cuando entró, abrigaba cierto temor por el límite de recursos que estaba preparado para utilizar para el regalo, pero casi inmediatamente a la explicación de su deseo que le hizo a la dueña del local, ella le había mostrado la pulsera esclava de oro que había imaginado, justo con el grosor, estaba seguro, que le había descrito Cristina.
Se le había hecho algo tarde, y presentía que cuando llegara a su casa, ya estarían algunos de los amigos que...